Aunque formalmente existan las cámaras legislativas, no hablo de éstas, sino de las que al final tienen el poder real. La cámara alta es hoy la Comisión Europea, con un núcleo extraparlamentario en la «troika», y la cámara baja son los movimientos sociales, con una base fluctuante en la calle. Así funciona en Grecia, en parte también en España, y potencialmente en cualquier país de Europa. En la cámara alta europea se ha decidido el destino de Grecia, pero está por ver lo que dirá al final la cámara baja, que en estos momentos parece estar deliberando. La disfunción de que pueda gobernar la calle no deja de ser reflejo de la disfunción de que gobierne la «troika». Siendo optimistas, se podría ver como un momento del proceso constituyente de Europa, que no concluirá hasta que existan unas instituciones a las que llegue de forma directa la voluntad popular de todos los europeos.