Ha pasado un buen tiempo desde las elecciones autonómicas andaluzas, que fueron en marzo de 2015. Pues aún no hay delegados de las consejerías nombrados en Málaga. Cuatro meses, cuatro. Sí está completa la estructura de direcciones generales en Sevilla, de viceconsejería y secretarías generales técnicas. Ayer se le dio luz verde. Al menos tienen claro el organigrama, ya era hora. La Junta no está parada, pero sí en funciones, en espera, al ralentí, sin que nadie firme muchos papeles, con sillas vacías o en interinidad, con asuntos urgentes como La Cónsula y tantos centenares más sin que se le meta mucha mano. Es verdad que la investidura tardó y que eso no fue sólo culpa del PSOE, pero ya han pasado varios consejos de gobierno y hay consejeros que llevan un tiempo en sus puestos. Pero nada. Eso por no hablar de los que esperan cargos y cada martes sufren una pequeña desilusión sin que les caiga una delegacioncita o una gerencia de empresa pública, una vicetodo o un algo. Pobres.