Málaga se ha convertido en una especie de parque de atracciones en el que todo vale, y cada semana nos sorprenden con un nuevo programa de espectáculos. Desde el Parque hasta el Palacio de Ferias, todo cabe. La vuelta ciclista a España, la Guardia Civil a caballo, quad y a pie festejando a su patrona con antelación, el festival de cervezas alemanas a lo oktoberfest en la plaza de la Marina, coronas rocieras para la Virgen del Rocío de Málaga. Mena sale, en su centenario con exposición en Alcazabilla y procesión por Málaga y de repente también Viñeros está por la calle, parece Jueves Santo, pero es fin de semana de otoño. El incienso se mezcla con las castañas y ya mismo podremos comprar en los puestos del Parque, cuando aún alguno queda en la playa de los Baños del Carmen disfrutando de las mejores vistas de la ciudad. Gastronómicamente tenemos el food and wine en la plaza de la Marina, el mercado gourmet en la plaza de la Merced, el mercado gourmet en la plaza de toros, el mercado gourmet en la azotea de El Corte Inglés. Desfiles de modas y desfiles de la guerra de las galaxias convierten a la calle Larios en la calle del pasen y vean. ¿Un souvenir? ¿Algo para el nene? El Soho también tiene sus exposiciones, a cual más hipsters y muchas de ellas callejeras para pintar las paredes de algo que parecía un barrio de abogados, para que parezca un barrio de artistas. No faltan los cruceros que este mes pueden llegar a cuarenta atraques con sus miles de turistas, que pasearán por una Málaga con las conflictivas terrazas, que entretienen a los guiris y molestan a los malagueños que viven en el Centro. Esos malagueños que se empeñan en vivir en medio del parque de atracciones que es Malagaventura Port. La culpa es de ellos por pretender mantener su vivienda bajo el Larios Khan que ha convertido la calle principal de la ciudad en una montaña rusa de desfiles, festejos y souvenirs.