El Brose, rival esta noche de Unicaja, es el mejor equipo de Alemania. Por mucho que el proyecto del Bayern de Múnich acapare la atención mediática, el equipo de Bamberg ha ganado 5 de las 6 últimas ediciones de la Bundesliga. Como actual campeón vuelve a la Euroliga después de un año de destierro en la Eurocup. Y para su vuelta ha decidido mantener su bloque y sumar a un veterano como Zisis y al hombre que les puede dar el salto de calidad hacia la elite europea, Nicoló Melli.

El italiano está acostumbrado a vivir bajo los focos. Es famoso casi desde el día que nació. Su madre es Julie Vollertsen, una jugadora de voleibol americana que fue plata en los JJOO de Los Ángeles 84. Su padre, Leopoldo, es un prestigioso abogado que en su juventud jugó en la Lega Due de baloncesto con el Reggio Emilia. Estrella de las categorías inferiores de la selección, y después de unos años en el Armani Jeans, Melli emigra a Alemania en busca de minutos para demostrar su verdadero valor. Admira a Bob McAdoo aunque su juego recuerda mucho más a Dusko Savanovic. Con el pasaporte americano en su poder rechazó una oferta de la universidad de UCLA para jugar en la NCAA seguro de que su formación sería mejor en la vieja Europa.

Sus padres siempre han insistido en su formación académica, y aunque sus medias superaban el 7,5 en el colegio, cada año le pedían más. El joven Nicoló aún recuerda las horas pasadas con la profesora Carmen Lucarelli estudiando griego, latín, lengua, historia y geografía. Era la exigencia para poder jugar. Melli pudo elegir el voleibol como su madre, pero la ausencia de equipo en Reggio Emilia en su niñez y lo monótono que se le hacia el juego le decantaron por el baloncesto.

En estos primeros partidos está respondiendo a las expectativas, y aunque el Brose ya ha perdido un encuentro en la liga, sus números son muy buenos. 12 putos y 6 rebotes en 25 minutos de juego, con más del 70% en tiros de campo y un 37% en triples. La amenaza de su juego exterior ha ido creciendo con los años gracias a un duro trabajo de entrenamiento. El coach Trinchieri sabe que al bloque del año pasado capitaneado por Wanamaker y Strelnieks puede sumar el talento de Melli. Un cuatro abierto con mucho peligro en las dos zonas.

Otro nombre a seguir es Darius Miller. Le está costando adaptarse en su primera experiencia europea pero es un gran jugador que formó parte de la universidad de Kentucky que arrasó en la NCAA en 2012 y colocó a 6 jugadores en el draft. Fue elegido en el número 46, entre ellos el nº1, Anthony Davis, y el nº2, Michael Kidd-Gilchrist. Calidad le sobra, esperemos que no empiece a demostrarla esta noche en el Martín Carpena.