Jack Cooley es un jugador peculiar. El nuevo jugador del Unicaja es uno de los pocos mortales que puede presumir de que sus datos de nacimiento son casi secretos. Un error de su ficha en la NBA, que luego copió la siempre «infalible» Wikipedia, sitúa su nacimiento el 4 de abril en la localidad de Evanston en Illinois. Dato erróneo. El periodista Jody Genessy desvelaba en julio de este año en el Deseret News que el verdadero día de su nacimiento era el 12 de abril, y que hasta los Utah Jazz le felicitaban el día erróneo. Su verdadera localidad de nacimiento es Glenview, en el Chicago North Shore. Una localidad famosa por la calidad de su enseñanza pública, entre las 15 mejores de los Estados Unidos y donde nació un mito de la NBA como Artis Gilmore.

Cooley pasa por ser una persona simpática, agradable y sobre todo trabajadora, aunque sus métodos de trabajo algunas veces son peculiares. Cuando un atleta va al gimnasio suele trabajar sus brazos, sus piernas€ pero Jack trabajó sin descanso sus caderas para ganar movilidad y fortaleza. Ese trabajo en el laboratorio P3 de Santa Bárbara en California ha permitido, según el jugador, rebajar la presión sobre sus rodillas y la parte baja de la espalda y le ha mantenido al margen de las lesiones y sobre todo le permite luchar con jugadores más pesados que él.

Sus peculiares métodos y sus ganas de mejorar no conocen fin. Hace dos veranos los entrenadores de los Jazz le pidieron trabajar en la defensa de jugadores lejos del aro. Se lo tomó tan en serio que se pasó el verano visionando videos de bases de la NBA como Chris Paul para mejorar la defensa tras bloqueo y también para mejorar su tiro y su técnica de pase. Pero no era suficiente, en noviembre del año pasado sufrió un desgarro en un ligamento de su pulgar derecho. Para la mayoría sería un gran contratiempo, para Cooley fue «una gran manera» de comenzar la temporada. Durante las 6 semanas de rehabilitación decidió utilizar su otra mano y entrenó el gancho con la mano izquierda, que hasta entonces no utilizaba. Su primera canasta en la NBA fue curiosamente un gancho con la izquierda. El trabajo dio resultado.

Jack reconoce que no es muy emocional pero que el día que su agente le dijo que firmaba un contrato de 10 días con los Jazz para la NBA se derrumbo. «Lloré. Eran mis sueños de la infancia. Fue muy grande, algo muy especial». Cooley también tiene un perro. Durante su primera experiencia en Europa, en Turquía, el Trabzonspor le buscó una vivienda. Una casa de tres pisos. Tras pasar allí su primera noche le dijo al club que si se quedaba en esa casa sólo, se volvería loco. ¿La solución? Los dueños del inmueble le consiguieron un perro, un bulldog francés que había sido maltratado gravemente. Y entre los dos surgió la química, de tal manera que cuando dejó el país otomano se llevo con él a su nueva amiga «Lola». En sus celebraciones no faltan las galletas «Tagalons» de la firma americana Girl Scouts, mantequilla de cacahuete cubierta de chocolate, con un 14% de grasa pero eso sí, con un 0% de colesterol. Además de por sus números pasó a la historia de la Universidad de Notre Dame por pedirle matrimonio a su novia en su fiesta de graduación, ella dijo sí. Allí descubrió su otra vocación, las finanzas. Cuando se retire ese será su trabajo, asesor financiero de deportistas para ayudar a que inviertan bien su dinero y no se arruinen. Suerte