Jalá se hubiera cortado el sonido. Puede ser que esa sea la frase que planeará sobre la cabeza de Albert Rivera, tras la polémica intervención de su número 3 por Madrid a cuenta de la lucha contra la violencia de género. Sin embargo, y a diferencia de lo que sucedió cuando el dirigente socialista comenzó a hablar del caso Bárcenas, en esta ocasión no fue así, y todos pudimos escuchar las polémicas palabras de Marta Rivera, que además insistió en su derecho a replicar, para decir que «lo que usted no ha entendido es que tan grave es que un niño vea cómo su padre mata a su madre como que vea cómo su madre mata a su padre». Esta afirmación no es solo un error, sino que demuestra una falta absoluta de tacto frente a ese grave problema social. A partir de ahí, podríamos pensar que fue una desafortunada argumentación, es más, incluso cabría aceptar lo dicho por el líder de Ciudadanos, respecto de que se ha puesto la «diana» sobre su partido. Sin embargo, lamentablemente no es así, puesto que eso mismo viene a indicar su programa electoral, donde se mezclan intencionadamente conceptos como género, sexos, violencia doméstica o machista. En definitiva, y como le espetó Antonio Hernando, no han entendido nada sobre lo que significa la violencia de género.

Ciudadanos parece que no ha sabido evolucionar desde que en 2004 se generara polémica respecto del término género, para referirse a la violencia ejercida sobre la mujer. En este supuesto, y como bien debería conocer Albert Rivera como jurista, el legislador y el Tribunal Constitucional han avalado que el género aquí no se equipara al sexo, sino que se refiere a una determinada concepción cultural de las relaciones de pareja y los comportamientos. Es decir, hablamos de una manifestación de la desigualdad existente en nuestra sociedad, la cual se dirige sobre las mujeres por el simple hecho de serlo. Por lo tanto, cuando el programa de ese partido señala que «la violencia de género afecta tanto a hombres como mujeres», se equivoca e instala en un peligro discurso. La Ley Integral contra la Violencia de Género fue aprobada por una abrumadora unanimidad del Parlamento. No necesitamos más pactos de Estado, ni actitudes prepotentes sobre este tema, puesto que las bases legales existen y sólo necesitan seguir siendo desplegadas. Lo más importante de esta ley es su carácter integral y el valor que le concede a la igualdad como elemento de cambio, algo que ese partido debería aprender si aspira a gobernar España.

*José Manuel Vidagany es abogado