Bien, es cosa de los guionistas de la Disney, y a fin de cuentas si no fuera por ellos ni siquiera habrías vuelto, pero, ¿te parece bien, después de haberte hecho todo un personaje, con esa mezcla de cinismo y secreta decencia, de pillería casi canalla y caballerosidad, de oportunismo y sentido del honor, de Quijote y Jack Sparrow, de Peter Pan y Huckleberry Finn, que habían seducido a dos generaciones de espectadores, venir de redentor del niño descarriado y malvado, dispuesto a darle el abrazo que lo arranque del lado oscuro y salve así las fuerzas del bien? Han, el tipo y el estilo hay que mantenerlos hasta el final, aunque los años pasen y pesen, no vale entregarse en el último recodo a la paternidad responsable. Desde luego George Lucas no hubiera hecho algo así. Si algo han hecho bien sus suplantadores ha sido, después de malversarte, darte tu merecido. Adiós, Han.