El estadio de El Molinón fue el escenario donde el Atlético de Madrid recibió la puntilla casi definitiva en su intento por ganar la Liga, prácticamente en manos del Barcelona gracias a la victoria del Sporting por 2-1 que deja a los hombres de Diego Simeone a 9 puntos de distancia del cuadro azulgrana, que empató ayer 2-2 en su visita a Villarreal.

La explosión de alegría tras el pase rojiblanco a los cuartos de final de la Liga de Campeones se vino abajo pocos días después del penalti de Juanfran que eliminó al PSV Eindhoven. Toda la euforia europea dio paso a una decepción que parecía anunciada, con el Barcelona intratable desde hace meses, pese a su pinchazo de ayer, y el Atlético a rebufo con mucho mérito.

El choque ante el Sporting era una arma de doble filo para un grupo de jugadores que podían acusar el cansancio de los 120 minutos europeos. Pero, sobre todo, se vieron las caras frente a un equipo muy necesitado de puntos, con el descenso muy cerca y que tenía que ganar tras el pinchazo del Getafe el día anterior (1-1 frente al Eibar).

Aún así, el Atlético aguantó hasta los últimos diez minutos del partido. Aunque durante mucho tiempo vivió del golazo de Antoine Griezmann, que en la primera parte mandó a la escuadra de la portería del Sporting una falta lanzada de forma magistral, después especuló con ese tanto y al final lo pagó con el arreón final del cuadro de Abelardo Fernández.

El paraguayo Antonio Sanabria, también de falta, y Carlos Castro, en el minuto 89, se encargaron de sentenciar al Atlético de Madrid, que, por la gran temporada del Barcelona, estaba escribiendo la crónica de una muerte anunciada en su lucha por el título de Liga.

Esos dos goles del Sporting apretaron la pelea por no descender. El cuadro asturiano se quedó a un punto del Getafe, que, tras el encuentro que empataron Granada y Rayo Vallecano 2-2, acabó el sábado como el último equipo que descendería en estos momentos a Segunda División.