Llevar el timón durante veinticinco años y llegar a buen puerto, no es fácil. Sobre todo, cuando en la larga travesía hubo mar de fondo, tormentas, rayos y truenos y, a veces mar en chicha, casi tan peligrosa como cuando las olas amenazan con hundir la embarcación. Estar al pairo y a verlas venir es la muerte anunciada. El mar de las finanzas no es para pusilánimes ni para arriesgados aventureros; ni para cobardes ni para arrojadizos sin sesera. Navegar por el Cabo de Hornos necesita templanza, ideas claras, voz de mando y, sobre todo, dominar la brújula y el sextante para determinar rutas y la latitud. Esto es lo que ha hecho Braulio Medel, presidente de Unicaja Banco que, en breve, abandonará la gestión bancaria para presidir la Fundación desde donde estará atento y supervisando el rumbo de la entidad considerada hoy en día entre las más solventes de España y con una alta cualificación de excelencia en el baremo de las entidades bancarias europeas. Llegar hasta aquí no ha sido fácil y hacer realidad la hoja de ruta diseñada por Braulio Medel menos todavía. Solvencia y rigor en el negocio bancario hasta situar a Unicaja en la sexta del país por volumen de activos han sido el norte de este hermético catedrático de Hacienda, principal actor en 1991 cuando se fusionaron cinco cajas andaluzas que dieron lugar a Unicaja.

Braulio Medel, con sólo nombrarlo, imprime carácter y marca huella en el sistema financiero y bancario ya no sólo en Andalucía, sino también a nivel nacional. No dado a explosivas declaraciones, controlando cada una de sus palabras y opiniones, con reconocida autoridad dentro y fuera del mundo financiero, le tocó vivir momentos apasionantes en la puesta en marcha y consolidación de la entidad que él había diseñado, incluso desde antes cuando presidía la Caja de Ahorros de Ronda, verdadero norte de la futura Unicaja. Ya entonces proclamaba la necesidad de favorecer e impulsar procesos de concentración, única forma de tener un lugar al sol en un mundo tan competitivo y globalizado. Puede que el no haber conseguido esta fortaleza con la fusión de las cajas andaluzas sea una de sus mayores frustraciones. Braulio Medel era decidido partidario de fortalecer el sistema financiero andaluz, con el inequívoco liderazgo de Unicaja, las más solvente y la menos sometida a la fiebre del ladrillo, al crédito fácil, a veces sin garantías, en que se vieron envueltas muchas cajas de ahorro andaluzas.

El liderazgo que Braulio Medel proclamaba para Unicaja tenía su razón de ser, por su acreditada y auditada solvencia, pero cuantos intentos se hicieron fueron frustrantes. En algunos casos porque con la Iglesia (Cajasur) hemos topado, amigo Sancho y, en otros, porque los localismos castradores impidieron en avanzar en lo que hubiera sido lógico y que impulsaba también la Junta de Andalucía, sindicatos y colectivos empresariales, la "gran caja" de la Comunidad. Ni Caja Granada, y mucho menos la sevillana Cajasol, estuvieron dispuestas a aceptar unas negociaciones y unas condiciones como las que había puesto sobre la mesa Braulio Medel y su equipo. Medel y Pulido hablaban lenguaje distinto y el presidente de Cajasol prefirió entregarse con armas y bagajes a La Caixa antes que aceptar el liderazgo de Unicaja.

Es sabido que la entidad andaluza tuvo algunos novios y que incluso desde la autoridad monetaria de España se le exigía que cerrara acuerdos, algunos de los cuales eran de baja solvencia financiera y estaban sometidos a las presiones políticas, cuando ya en el horizonte se barruntaba que no era todo oro lo que reluce. Y es en estos momentos cuando aparece el negociador duro e inflexible interlocutor, mandara quien lo mandara, para mantener el irrenunciable principio de asegurar la solvencia de la entidad andaluza. Novios tuvo Unicaja que gastaban espolones pero enfrente tenían un domador de voluntades, con sólidos argumentos y análisis fríos para evitar que Unicaja, como le sucedió a otras cajas, fuera arrastrada al averno de la insignificancia. Luego vendría la compra de Caja España Caja Duero, que no era una bicoca en términos de solvencia y financieros pero que le permitió ganar tamaño, eso sí, lejos de lo esperado.

No será posible escribir la reciente historia financiera de Andalucía y en gran parte de España sin Braulio Medel y Unicaja. Estos 25 años dan para mucho y habrá que ponerse mano a la obra.