Esto sí que es velar por el bienestar ciudadano. El consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía tomó en su reunión de ayer una de las grandes decisiones que todo el mundo espera como whisky de mayo: establecer el calendario de festivos. Serán fiestas el 6 de enero, Reyes, el 28 de febrero (Día de Andalucía) y el 13 de abril, Jueves Santo. A eso hay que unir las fiestas que lo son en toda España y dos que fija cada municipio. No haga la cuenta: son pocas. El Gobierno actual intentó suprimir los puentes. Fue un amago. Luego dijo que las fiestas que cayeran, por ejemplo, en martes o jueves se pasarían al lunes. No se ha hecho nada de esto. Tenemos unos gobiernos, español y andaluz, tendentes al costumbrismo y a no quitarle al españolito sus fiestas. Con todo, no hay sorpresas. Son los festivos que ya se sabía que iban a serlo. Lo cachondo hubiera sido un descuelgue del consejero de Empleo o de la propia Susana Díaz o del titular de Turismo (para fomentar las escapadas) declarando festivo, qué sé yo, mañana mismo, o el dos de junio, así por qué sí. O el quince de septiembre o el lunes posterior a Reyes, jornadas ambas de mucha depresión o fin de ciclo, hastío vital, vuelta al cole. Hoy domingo y mañana fiesta, buena vida esta, reza el dicho popular. Que en realidad para lo que reza es para que haya más festivos y fiestas de guardar el azadón, el martillo o el camión.

El día de fiesta el dinero cuesta. Las jornadas feriadas son también de negocio, más en estos lares de industria turística, industria que no para cuando los demás descansan. Alabada sea pero no en exceso la Junta, que legisla por nuestro descanso descansando mucho y programándonos la existencia. Cuando te gusta tu trabajo, todos los días son fiesta, dicen los gurús de esto y los coaching, que también ganan dinero cuando nos aburrimos de nuestro trabajo o no lo tenemos. Para demasiados paisanos sólo hay martes al sol y los laborables y festivos son igual de lacerantes y duros para la autoestima. Están en paro. Esperan otra cosa, en general de los gobiernos.