Carta abierta al Sr. Balaguer (Arquitecto de los rascacielos de Repsol)

Leo en La Opinión (24 de mayo de 2016) la crónica de la campaña del equipo de Gobierno del Partido Popular en el Ayuntamiento de Málaga a favor del proyecto del «parque pero con rascacielos en los suelos de Repsol», para lo que en el Salón de Actos de la Gerencia de Urbanismo se invitó al autor del proyecto de rascacielos, el arquitecto Alonso Balaguer. Puedo comprender y admitir que el Ayuntamiento y el señor Balaguer defiendan el citado proyecto, que podríamos definir diciendo que consiste en que de las 18 hectáreas se dedicarán 12 a zona verde y 6 a rascacielos, mientras que otros, entre los que me cuento, prefieren que el total de las 18 hectáreas se dediquen a zona verde. Pero lo que me mueve a escribir esta carta son algunas de las afirmaciones del citado señor Balaguer pues unas son opinables, otras erróneas y algunas inadmisibles.

Que el señor Balaguer utilice como argumento de peso que en once (11) países se han hecho proyectos similares me suscita una respuesta fácil: allá ellos con sus rascacielos y su modelo de ciudad. Cuando dice que los rascacielos (que repito consumirán un tercio del espacio total) «significarán una dignificación brutal de toda la zona y que debería ser muy bienvenida por la ciudadanía», respondo que efectivamente será brutal (que yo entiendo en su primera acepción aunque el quizá la utiliza en la segunda; véase María Moliner) y como ciudadano me pregunto ¿Qué pasa si no es bienvenido el proyecto? ¿Seré un ignorante?

Cuando el señor Balaguer dice que la altura no es mala ni perjudicial, respondo que lleva razón pero añado que lo malo y perjudicial es el modelo de ciudad a base de rascacielos y reducción de zonas verdes que él defiende.

Pero lo que es inadmisible es la afirmación del señor Balaguer de que «las zonas verdes por sí solas son insostenibles desde todos los puntos de vista y representan incluso cierta peligrosidad social si no van acompañadas de soluciones arquitectónicas alrededor que las cobijen, las amparen y las enmarquen». ¿Qué quiere decir insostenible desde todos los puntos de vista? Yo creo que una zona verde es insostenible desde el punto de vista del señor Balaguer, pero desde el punto de vista botánico, ambiental, económico, recreativo, cultural y otros muchos, es sostenible, recomendable y exigible. En cuanto a la «peligrosidad social», ¿cuál es el peligro? Los terrenos de Repsol ya están «arquitectónicamente cobijadas, amparados y enmarcados» de viviendas, habitadas por vecinos ávidos de disponer de zonas verdes que mejoren su atmósfera, disminuyan la contaminación y les permitan pasear, correr, descansar y otras muchas cosas.

Termina diciendo (según la nota periodística) el señor Balaguer que «Málaga precisa, necesita, de ese motor de regeneración,… que es la operación Repsol» como la han proyectado el Ayuntamiento y su estudio de arquitectura. Es una opinión discutible que en todo caso debe argumentarse sin recurrir a razonamientos tan absurdos como los de la insostenibilidad o la peligrosidad.

Ernesto Fernández SanmartinBiólogo. Miembro de la Academia Malagueña de Ciencias