Para la final del 7 de mayo Macron parte con supuesta ventaja, pero una vez más todo dependerá de los desafectos: los desafectos del conservadurismo clásico, que pueden irse a Le Pen, y los de la izquierda clásica, que pueden no irse a Macron. Una combinación de ambas hipótesis, en tono fuerte, y Marine Le Pen presidenta. Ella además tiene fácil moderar su mensaje para la 2ª vuelta, pues nadie en su franja va a dejar de votarla por un maquillaje táctico (saben bién quién es). En cambio Macron en cuanto se vaya algo a babor para pescar melenchonistas puede abrir una via de agua a estribor, por la que le entre Marine. No valdrá de mucho tampoco reforzar el muro sanitario frente a la peste lepenista, que ya se vió de lo que ha servido con Trump. Y encima está Moscú, que algo hará. Así que sólo queda cruzar los dedos e imaginar que Europa existe de veras en el imaginario de los franceses.