'Remanso de corrupción', por Lluís Vinuesa Serrate

Por inercia recurre a su táctica de no hacer mención a Gürtel, anteponiendo el terrorismo y el problema catalán como prioridades a atender con urgencia, como si la corrupción del Partido Popular estuviese ya caducada y no mereciese actualizarla por presente que aún esté en todos sus actores aunque estén ya en prisión. Esto para Rajoy ya no tiene importancia porque, según él, ya es antiguo, y ello no es motivo suficiente para que le involucren alegando reiteradamente que él no sabía nada cuando sucedía, y ahora, si quieren apearlo de su silla, deberán de hacerlo mediante una moción de censura, ya que sin ella se siente legitimado en su cargo porque la Cámara le cedió su confianza. Este es Rajoy. Imperturbable aparentemente, muy bien asesorado por Moragas y protegido por ese equipo que lleva siempre a su lado. Cuesta creer que sus aún votantes estén todavía convencidos de que su política sea la más acertada para llevar las riendas del país, por cuanto por más que se diga que España empieza a ir bien, las familias, incluso aquellas que trabajan, no llegan a fin de mes, y los jóvenes siguen yéndose fuera a buscar un trabajo que aquí no pueden encontrar. La ministra Fátima debiera mesurar sus triunfalismos y ceñirse a la realidad existente en el mercado laboral, porque los salarios actuales,en pocos años, han descendido hacia el umbral de la pobreza, razón por la cual Merkel se está saliendo con la suya, con el mandato a Rajoy de que seamos más pobres trabajando más.