El Partido Popular malagueño quiere estos días desplegar una bandera andaluza de grandes proporciones en la plaza de la Constitución-Calle Larios. Tiempo de banderas. De señalar fronteras. Malos tiempos. Si hay algún trapo (de esos con los que los hombres y las mujeres han señalado su territorio y excusándose en él se han liado a mamporros) con el que uno simpatice es el blanquiverde. Sin más nacionalismo que la defensa de mis suelas. Pero el gesto, legítimo, no deja de tener su gracia y su punto ridículo. Impostado. Bienvenidos al andalucismo, podría decirle alguien. El PSOE monopolizó el andalucismo, el PSOE es el partido andalucista. El PP sufre por ello (sobre todo, pérdida de votos) pero también le produce complejo.

Lo que el PP tendría que desplegar es el puño en la mesa para que Andalucía estuviera bien financiada. Se avecinan componendas, financiaciones bajo cuerda, trapacerías y reconocimientos de especificidades (supremacismo) de los que Andalucía puede salir perjudicada. Hay que desplegar lo que sea, pero no como señuelo. Desplegar un carácter. Lo malo para el PP andaluz es que reivindicar lo andaluz en Madrid le supone, a ojos de no pocos, hacer seguidismo del PSOE. Ese es el problema. Del PP. Los populares se compran una blanquiverde larga y organizan una fiesta con ella. Luego la guardan y se van a casa. Sin embargo, Susana Díaz se levanta y se envuelve en la bandera. Más pequeña pero más llevadera. Tan llevadera que no se la quita nunca. Va a la compra envuelta en la bandera. Pone una primera piedra envuelta en la bandera. Lee arropada con ella. Da un mitin y no se la quita. Viaja a Bruselas y al Parlamento andaluz y a los Consejos de Gobierno y la lleva. La bandera a cuestas, la mantabandera o banderamanta. Es su atavío, su abrigo ideológico, su muleta, su munición, ora sincera ora demagógica, no poco oportunista. Necesaria también y según el caso. La gente se compra abrigos y Díaz lava su blanquiverde en la que se envuelve cotidianamente para que siempre esté presta a esgrimirse. Banderismo político. Banderías. Banderita tú eres verde. Banderita tú eres blanca.

La alegre muchachada se apresta a desfogar el andalucismo en este 4 de diciembre que antes nadie reivindicaba. Prietas las filas se conseguirá gran resonancia. Un lleno hasta la bandera.