«No tengo ninguna aspiración de ser el candidato a la alcaldía de Málaga», dijo ayer Elías Bendodo. Dice la verdad, no tiene ganas de ser candidato. De lo que tiene ganas es de ser alcalde. Bendodo trata de zafarse de la presión. Debe ser un coñazo ir a tomar una cerveza y que te pregunten si vas a ser candidato, atarte los cordones y que te pregunten si vas a ser candidato. Decir hola y que te pregunten si vas a ser candidato. Uf.

Bendodo trata de alejarse el foco. Que decida De la Torre. Le pasa la pelota. Y encima le lanza un recadito «espero que los presupuestos estén pronto, eso es ahora lo prioritario para Málaga». La guerra de nervios la ha ganado, desde luego. La guerra de la paciencia, también. No se sabe quién va a ser candidato. Ni si De la Torre agotará el mandato (a Bendodo desde luego sí lo tiene agotadito) o si finalmente optará y dejará a Bendodo el sitio. Qué lío. Un lío que comienza a no ser serio. Faltan, por decirlo fino, bemoles para desde la dirección regional y nacional abordar el asunto, o sea. En una u otra dirección. Todo comienza a ser una caricatura, un cachondeo, un bochorno. Un culebrón, diríamos si tuviéramos estropeada la máquina de escoger adjetivos. Los culebrones tienen mejores tramas y más personajes y un argumento más elaborado. Esto es un sindiós, no se va ni Dios, todos quieren ser Dios y muchos rezan al que se considera Dios para que se vaya. Rediós. No hay adiós.

Rosa Francia, esposa del alcalde, afirmó ayer en Cope Málaga poco menos que no iba a perdonarle que se presentara otra vez. Ahí sí que tiene un reto De la Torre. Contrariar a su familia o no. En fin. Eso sí que es quedarse solo ante el peligro. En un desayuno organizado por el Forum Nueva Economía en Málaga el jueves 10 de enero de 2013 este periódico se hizo eco de cómo el alcalde, que daba la conferencia presentado por Bendodo, dibujaba su horizonte político, su proyecto para Málaga, hasta 2020. Así lo explicitó.

Yo os avisé, podría decirles a Bendodo y la compaña. Entretanto, la presión del reloj se hace notar. El PP quiere tener a sus candidatos nombrados/nominados poco menos que en cuanto florezcan los almendros. Habrá que seguir esperando en este cordial enfrentamiento que se encona y desencona. Sin que se descarten sorpresas.