Opinión

Francisco García Castro

Cartas de los lectores

Sensibilidad política

Tras el sorpresivo anuncio del presidente del Gobierno, hoy ya resuelto, abierto quedó el campo de la sensibilidad de nuestros políticos. Obvio es, no cabe discusión alguna, que tan sensibles son o pueden ser como cualquier ciudadano. Eso está claro. Lo que no me queda claro es el grado de sensibilidad. Dónde está el punto máximo. Está en ver de cerca, cuando viajan, la atroz mueca de la hambruna? Está en las cumbres climáticas? ¿Está en ver y saber que ciudadanos de tu país no llegan dignamente a fin de mes? ¿Está en saber que se empaña por días el horizonte de la juventud? ¿Está en ver las crueles y repetidas consecuencias de la guerra?   Ningún político de rango se derrumbó, a pesar de ser consciente de que no pueden hacer nada, por demasía de intereses y falta de valentía, ante las innumerables injusticias que campean por el mundo. No se derrumbó ninguno.   Nadie flaqueó. ¿Dónde pues el tope de la sensibilidad? ¿Dónde?