Crónicas de la ciudad

Cómo desgraciar un Centro Histórico

Las torres de Martiricos han logrado, gracias a su insensato emplazamiento, hacer añicos una apreciable parte de los rincones y perspectivas del Centro de Málaga

Las Torres de Martiricos, desde la calle Molinillo del Aceite, por encima del garaje de Las Delicias.

Las Torres de Martiricos, desde la calle Molinillo del Aceite, por encima del garaje de Las Delicias. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Fue una catedrática de la Universidad de Málaga quien dio la primera voz de alarma a esta sección: las Torres de Martiricos, por entonces en sus primeras etapas de construcción, iban a acabar para siempre con las vistas del río Guadalmedina y los Montes de Málaga aguas abajo, por culpa de un errado emplazamiento y una todavía más errada decisión de aumentar la edificabilidad en el sitio equivocado.

La zona verde ganada en Martiricos con esta operación no es París, que bien valía una misa. El precio a pagar por la insensatez municipal ha sido todo el Centro Histórico: a cambio de unos cuantos metros cuadrados ‘liberados’ al otro lado del río, las perjudiciales torres se han colado por todas las rendijas del casco antiguo hasta destrozar, como una bomba de racimo, buena parte de sus mejores vistas y perspectivas dentro y fuera del Centro.

Dos ejemplos del atentado paisajístico de las Torres de Martiricos. Arriba, desde el Paseo de la Farola; debajo, desde el mar.

Dos ejemplos del atentado paisajístico de las Torres de Martiricos. Arriba, desde el Paseo de la Farola; debajo, desde el mar. / Antonio Toré/La Opinón

Ya contamos en esta sección la perplejidad de muchos turistas cuando suben al Castillo de Gibralfaro y contemplan este doble desafuero, en la creencia de que se trata de algún exabrupto del Franquismo. Lo inexplicable es que está siendo perpetrado en nuestros días, en 2024, con todos los parabienes urbanísticos y políticos y, se supone, con algún tipo de estudio de su impacto paisajístico alejado de las infografías aéreas y otras fanfarrias gráficas de los promotores. O no.

La foto de hoy es una más de la larga colección de daños colaterales que esta fallida ocurrencia inmobiliaria ha causado en el Centro de Málaga. La imagen está tomada desde la calle Molinillo del Aceite con Carretería. Por encima del veterano garaje de Las Delicias, que alberga el templete decimonónico de los Baños de Álvarez, se alza, con gran espanto para toda persona sensible, la última imprudencia municipal.

Al contrario que sus promotores y diseñadores, la ciudad se ha empobrecido desde que se hicieron realidad. Málaga estaba mucho mejor sin estos dos edificios tan mal emplazados.

Las torres de Martiricos, desde el Puente de la Aurora.

Las torres de Martiricos, desde el Puente de la Aurora, en plena construcción. / Álex Zea

Esta debería ser la principal vara de medir de toda planificación urbanística en España. Por encima del dinero y los puestos de trabajo que deparen: ¿Está mejor Málaga con las Torres de Martiricos ‘ahí’ o peor que antes?, ¿estará mejor Málaga con 100.000 m2 de zonas verdes menos para dejar sitio a los rascacielos en Repsol?, ¿estará mejor con la Torre del Puerto presidiendo la Bahía de por vida y con la Farola apagada tras casi 210 años?

Antes de que el Ayuntamiento siga con su inexplicable legado de atentados paisajísticos, sería esperanzador que cabilara pues a veces, basta con levantar los edificios en otra parte. ‘Courage’