La situación económica de la ciudad se ha dejado notar en el primer día de Feria, porque las calles del centro histórico de Málaga estaban más vacías que en anteriores festejos. Pero poco a poco fueron llenando cada rincón del Centro Histórico para demostrar algo: nuestra semana grande está por encima de la crisis.

O, al menos, eso es lo que queremos creer. Eso es lo que nos cuenta Pepe Aguado, un malagueño que tiene claro que en estos días hay que disfrutar: «No podemos negar que hay crisis, pero la Feria está por encima de eso, debemos estar con los nuestros y dejar que la alegría de estos días inunde nuestras vidas». Así de optimista se muestra Pepe, que, junto a su novia, Patricia Guijarro, nos dice que destinará su presupuesto para tómbolas, carricoches y casetas: «Nos merecemos vivir la Feria, aunque sin excesos».

Cristina Castillo confiesa que tiene trucos para gozar de la Feria sin que su bolsillo tenga que llegar obligatoriamente a las tres cifras: «Intentaré no reducir los días, pero comeré en casa, así ahorro bastante. Además, si me apetece un Cartojal no lo compro en el primer sitio que encuentro, busco donde está más barato».

De esta manera, es posible vivir las fiestas con menos dinero. El modus operandi de Castillo es el que han seguido decenas de familias, que no están dispuestas a renunciar a sus fiestas por los números rojos. «Hay que aprovechar estos días, y, por supuesto, brindar con los amigos. Es importante que nos olvidemos de las penas, que para eso son nuestras fiestas mayores», asegura Marta Martín, quien prevé no gastarse más de 200 euros.

Abanicos. Ambiente festivo a raudales en un primer día en el que muchos optaron por lucir el traje de corto y otras la peineta. Aquellos que olvidaron ataviarse para la ocasión no tuvieron problemas para encontrar cada pocos metros a vendedores ambulantes con flores, catavinos y abanicos; complemento éste fundamental en un comienzo de fiesta realmente caluroso€. Que se lo preguntan a María José Sánchez: «Yo querría ahorrar un poco estas fiestas, pero con el calor que hace, beber es casi una obligación, porque por mucho que me abanique, este bochorno es insoportable».

Así como Sánchez otros turistas han notado cómo el calor incita al consumo. La recién llegada de Pamplona €otra tierra donde las fiestas se viven a lo grande€ Idoia Sánchez se consuela diciendo que «el calor es tremendo» pero que «no importa» si tiene cerca «una copita de rebujito».

Para la navarra, estas fiestas son sus vacaciones y, además, una gran celebración personal: «Acabo de encontrar un trabajo digno hace un par de meses y éstas son mis primeras vacaciones que me puedo pagar yo, así que, sin gastarme una millonada, que tampoco la tengo, voy a no cortarme porque Málaga y yo estamos de celebración total y absoluta». Y que siga.

Son días, también, en los que los malagueños que han decidido buscar trabajo fuera regresan porque Málaga sólo hay una, y su feria «hay que vivirla».

Luis Ángel Rodríguez trabaja desde hace seis años fuera de la capital de la Costa del Sol, y volver a la patria chica en estas fechas es «tradición» para él. Para Rodríguez es uno de los momentos clave del año, es tiempo de reuniones con los amigos de siempre, con la familia... Con su ciudad. «Es mi casa, y es cierto que mi vida está donde está mi trabajo, en Madrid, pero como en Málaga no se está ni se disfruta en ningún sitio. Esta feria hay que vivirla», confiesa el exiliado con un brillo especial en los ojos.

Y son ciertas sus palabras. Por una sola semana cada rincón de la ciudad se convierte en una explosión de risas, palmas, cante y, cómo no, de reencuentros felices. Señoras y señores, esto sólo acaba de empezar.