El mar Mediterráneo es el primer atractivo de una de las nuevas zonas habilitadas durantes las fiestas mayores de la capital de la Costa del Sol. Y es que poder brindar junto a la brisa marinera disminuye al menos un par de grados el calor que durante estos días sofoca a los feriantes.

Ana Carvajo es una madrileña que lleva viniendo con sus amigos a la Feria de Málaga desde hace quince años: «Nos enteramos de que habilitaban esta zona y ha sido lo mejor, es un ambiente muy tranquilo. Lo que más se agradece es que la temperatura cambia bastante, se está mucho más fresco que en las calles del Centro».

Toni Vázquez es un joven que también llega desde Madrid, aunque para él este año es el primero de Feria: «El ambiente es estupendo y esta zona junto al mar está genial», nos asegura. En su mesa se encuentra Laura Alemany, que coincide con él aunque añade que lo peor es que «hay que esperar para coger mesa, pero una vez la tienes, es increíble estar aquí junto al mar con estas vistas tan preciosas y además en un ambiente tan festivo».

El Muelle Uno acoge, desde las ocho de la tarde, actividades para todos los públicos en las que no faltan obras teatrales infantiles ni conciertos en directo para animar a un público que, cada vez más, busca una feria tradicional y familiar, lejos del mundanal ruido de las calles del Centro.

Y es que para muchos la semana mayor de la ciudad es sinónimo de reencuentros. Es así como piensa Laura Rivera que se alegra de que se haya decidido incluir el Puerto como una de las zonas de Feria.

«Es una iniciativa muy buena. La Feria no sólo es botellón; significa mucho más, es reunirse con los amigos de siempre, reencontrarse con aquellos que hace mucho que no vemos y también conocer gente nueva y aquí todo eso es posible, incluso conocer a extranjeros, porque la terminal de cruceros está muy cerquita y es otro gran punto de interés para los que llegan de fuera», asegura.

Para Adrián González, vecino de este nuevo espacio, esta zona es un acierto total. «Era necesario diferenciar ambientes, y dar un respiro al Centro. Este lugar es uno de los mejores y la verdad es que ojalá este sea el punto principal de la Feria porque el espíritu de esta zona es la de la feria tradicional y familiar. Además, yo que vivo aquí al lado, los conciertos no son nada molestos. Estoy muy contento con la Feria del muelle», nos asegura González.

Los locales del puerto han modificado su oferta e incluso su horario. Es el caso de los establecimientos comerciales que sólo del 11 al 18 de agosto abren desde las doce de la mañana hasta las doce de la noche. Para María Chia, dependienta de la tienda de ropa Fusión, esta modificación ha sido un auténtico acierto: «La verdad es que desde que se ha cambiado el horario, las ventas han mejorado un poco; ojalá se pudiera mantener más allá de la Feria, al menos hasta septiembre porque sí que se nota», solicita Chia.

Desde los locales de restauración encontramos ofertas especiales como en Kai Kuorum. Unai Auzmendi, dueño del restaurante, decidió ofertar platos típicos de la Feria en su carta: «La gente quiere comer algo más informal y más típico de estos días como el cocido de berzas o callos con garbanzos, y por eso los incluimos».