200 gr de almendras
2 dientes de ajo
1/4 l. de aceite vinagre
Sal, agua y uvas (opcional)
Para quitarles la piel a las almendras se tienen varias horas en remojo o bien, se escaldan en agua hirviendo. Se ponen en el mortero junto con los dientes de ajo y un poquito de sal y se majan muy bien. Luego, se les va añadiendo el aceite, batiendo y triturando lentamente y sin pausa, hasta que todo quede bien trabado formando una pasta blanca. Suele tardarse unos veinte minutos o algo más en conseguirse.
Al tiempo de servirlo, se le agrega agua fresca, teniendo cuidado de que no se corte, se alivia con vinagre y se rectifica de sal.