El Viernes Santo de Antequera fue una cita con la tradición pues, por segunda noche, volvieron a celebrarse sus ´vegas´. Esta costumbre de ´correr las vegas´ se remonta a hace siglos cuando los hermanacos (portadores) tenían que subir a la carrera las cuestas de la ciudad para que desde una zona alta de Antequera las imágenes de sus tronos bendijeran los ricos cultivos de la vega antequerana.

Anoche fueron las Cofradía de Abajo y la del Socorro las encargadas de revivir esta tradición más viva que nunca, ya que el equipo técnico del productor audiovisual andaluz Álvaro Begines los estuvo filmando en 360 grados para que luego todos los interesados puedan revivir las ´vegas´ sin tener que esperar hasta la próxima Semana Santa.

Primero comenzó la ´vega´ de la Paz o de la Cofradía de Abajo después de que en la Plaza de San Sebastián tuviera lugar el encuentro de sus cuatro tronos: Niño Jesús Perdido, Dulce Nombre de Jesús, Cristo del Buena Muerte y Nuestra Señora de la Paz Coronada.

Con el toque de campaña y con los tambores de fondo, corredores y hermanacos comenzaron a subir la ´vega´ que conducía a la plaza de Santo Domingo donde reside el templo de esta cofradía: la Basílica del Dulce Nombre de Jesús. Uno a uno subieron los tronos, que nada más llegar desmontaban andas (varales) y se encerraban en el templo. La última en ´correr su vega´ fue la Virgen de la Paz que esperó en su plaza a la pasada de los tres tronos de la Cofradía del Socorro: Cruz de Jerusalén, Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Virgen del Socorro Coronada.

El momento más emotivo de la noche fue, sin duda, la citarilla entre las Vírgenes del Socorro y la Paz, mientras los hermanacos de la Paz la mecían a la pasada del Socorro por la cuesta del viento. Con las horquillas en alto, los hermanacos del Socorro subían se segunda cuesta y saludaban a sus compañeros de la Paz. Una vez pasada esta Plaza de Santo Domingo volvió a sonar la campana del Socorro para que los hermanos volvieran a recuperar el ritmo de carrera para completar esa subida.

Después de la citarilla, la Paz regresó a su templo y la Cofradía del Socorro continúo su camino hasta encerrarse cerca de las dos de la madrugada, una hora más tarde lo hizo la Cofradía de la Soledad.