Dice Pasión Vega que su vida han sido, de momento, cuatro décadas de «esfuerzo y felicidad». Y la resume en un nuevo disco, 40 quilates, con el que regresa este fin de semana a una de sus plazas más queridas, su Málaga, su tierra natal pero sí su tierra emocional. «Tocar en casa es una responsabilidad y me pongo de los nervios», reconoció la vocalista en una reciente entrevista con Efe.

Y nos va a mostrar a una Pasión mucho más madura, mucho más segura de sí misma. «Me siento en un momento de esplendor, sereno, mucho más sereno que hace una década. Siempre he sabido lo que quiero, pero ahora lo sé transmitir mejor».

40 quilates nos llega bajo la producción del prestigioso y compositor y director orquesta Fernando Velázquez, autor de las bandas sonoras de Lo imposible o Un monstruo viene a verme, entre muchas otras. «Lo que más me gusta de él es que le gusta jugar. Ha hecho este disco para divertirse, porque tiene tantos proyectos que no le da el tiempo», señala la artista, quien destaca también que de su filiación cinematográfica le viene una «gran capacidad de plasmar en sonidos y texturas los altibajos de una canción y de un corazón». 40 quilates una propuesta ecléctica, elegante y en la que Pasión Vega refleja la madurez y la experiencia adquirida en estos más de 20 años de exitosa carrera profesional.

Nacida como Ana María Alías Vega (Madrid, 1976), esta malagueña de crianza bebió desde muy niña de una variada colección de casetes bendecida por el buen gusto de sus padres, «muy melómanos», integrada por Armando Manzanero (al que debe uno de los cortes del nuevo álbum), Mercedes Sosa, la canción francesa... Fue a los 13 ó 14 años cuando descubrió la copla, género que ha marcado gran parte de su discografía. «Me recuerdo viendo películas de Imperio Argentina, Concha Piquer y Juanita Reina, también de Lola Flores, y fascinarme por el arte y salero que tenían aquellas mujeres», cuenta.

Desde aquel primer Pasión Vega (2001), entre sus trabajos también se han dado tributos a autores como Joan Manuel Serrat o Juan Carlos Cano, al que dedicó precisamente Pasión por Cano (2014), el álbum que precede a su nueva apuesta discográfica.

Esta vez, Vega ha querido apostar por un repertorio nuevo, hecho a su medida, pero mirando hacia delante, hacia generaciones más jóvenes de compositores, con «14 joyas» que llevan la firma de Jorge Marazu o el malagueño El Kanka, al que pidió prestada su tema Querría: « Me pareció tan maravillosa... Nuestros públicos son muy diferentes, pero pensé que, a pesar de ello, era una canción que encajaba perfectamente con el momento dulce en el que estoy», explica.

Un Disco de Platino y tres de Oro, cuatro Premios de la Música, la Medalla de Andalucía?Pasión Vega transita como quiere entre el mestizaje geográfico y emocional cruzando una y otra vez de una a otra orilla del Atlántico a ritmo de fado, bolero, habanera, tango, balada, pop y, cómo no, copla. 40 años, 40 quilates, y mucho todavía por vivir, cantar y contar.