Tras su estreno en el Teatro Romano de Málaga, la compañía Silencio Danza vuelve a traer a escena, en la Sala Gades, espacio escénico que gestiona la Consejería de Cultura, Dido y Eneas, en versión flamenca los días 13, 14, 20 y 21 de enero.

El grupo teatral con Nieves Rosales al frente y versionado en el texto por Pablo Bujalance, ofrecerá un montaje fiel al estilo de la compañía, que por primera vez se enfrenta a la palabra clásica de Virgilio en la adaptación del dramaturgo malagueño.

La pieza que ofrecen va a suprimir el texto sustituyéndolo por el lenguaje universal de la danza. Dos bailarines, unas maletas y los músicos son los pilares de esta representación. Las notas salidas de la guitarra, la percusión, el cello y el canto se acompasan con los danzarines quienes, entre zapateos, danza contemporánea y juegos con el vestuario, componen esta historia de amor y odio.

Una obra, Dido y Eneas, expresada a través de un flamenco conceptual que atraviesa la danza contemporánea, en esta ocasión mecido por la música de los maestros José Luis Montón a la guitarra y César Jiménez al cello, completando una propuesta que busca trascender los límites de la tragedia.

Un texto eminentemente teatral y clásico, llevado al cuerpo. De esta forma, Silencio Danza sigue adentrándose en las bases de un flamenco conceptual y contemporáneo, buscando los límites de su expresión con una estética austera, sobria, atendiendo al nacimiento de una propuesta que pretende dar un paso más en el trabajo de creación y dramaturgia. Este nuevo montaje supone la primera experiencia de Nieves Rosales ante un texto clásico y el resultado es el espectáculo más flamenco de su repertorio. «Ha sido un reto versionar un clásico. En algún momento tenía que pasar por el clásico y este es el momento para mí. Aunque no es un flamenco tradicional sino nuestra propia versión», aseguró Rosales en el estreno de la función, en la que los espectadores podrán disfrutar de una farruca, una taranta, una soleá e incluso un solo de cello..

El tándem entre el dramaturgo Pablo Bujalance y la coreógrafa Nieves Rosales no es nuevo y ya recogió sus primeros frutos con la obra Elías. Ensayo sobre el olvido, texto del escritor que se ha traducido al movimiento en Silencio Danza y que viene recogiendo la buena acogida del público y la crítica.

Rosales y Bujalance han entendido juntos la unión entre la palabra y el cuerpo, la música que se esconde en la dramaturgia y la poesía que se desprende de la alianza de estas artes.