Una algarabía de voces jóvenes y ruidos de escaleras despertaban a los vecinos de la Cruz Verde y Altozano. El grupo joven de la hermandad empezó el martes la ardua tarea de engalanar el barrio ante la inminente procesión de coronación de la Novia de Málaga. Guirnaldas con banderitas de España, Andalucía y Málaga se entremezclaban con flores de papel. Una gran bandera andaluza con un lema inscrito, Rocío siempre contigo, presidía como inicio de una etapa gloriosa los primeros metros del Altozano.

Tal era la dosis de felicidad e ilusión de estos jóvenes cofrades que contagiaron a los vecinos de estas calles golpeadas por la exclusión, en la misión de engalanar sus casas. Al instante empezaron a aparecer de los balcones las hermosas colchas y mantones que guardan con cariño y orgullo las mujeres. Las muestras de afecto y el interés por parte de los vecinos sorprendía a Fran Criado, presidente del grupo joven, que con acierto comentaba en las redes sociales estas muestras de cortesía.

En mitad del riguroso verano que ha sufrido la ciudad, un hecho sacudía la calma del estío. El cartel de bombillas que lucía con orgullo el nombre de la Virgen, situado en la casa de encima del famoso bar Samoa en el Compás de la Victoria, era retirado. Después de cierta incertidumbre todo quedó en una mera restauración del mismo. Doña Marisa, dueña de la vivienda, ha colgado un hermoso cartel con la imagen de la Virgen y las fechas y actos de su coronación en su balcón. Sin duda, todo aquel que espere en la madrugada del sábado al domingo en el jardín de Los Monos verá encendido lo que es ya un símbolo del arrabal victoriano. Se hacía rara la falta del cartel los días que anduvo perdido, comentaban varios vecinos. «No te fijas nunca en él hasta que lo quitaron. Se hacía extraño no verlo» decía un parroquiano del bar Los Rogelios.

Hosteleros perfilan la estrategia para colmar de avituallamiento a las cientos de personas que se esperan en el Chupitira. Algunos ya notaban el auge del icono mariano en las cuentas de sus cajas registradoras en la pasada procesión de la patrona. La devoción a la Virgen de la Victoria sumada a la curiosidad de ver un impresionante altar de cultos y unos adornos exquisitos en la parroquia de San Lázaro, atrajo a un importante número de visitantes que poblaban las terrazas y bares cercanos a la ermita. Hay bares que permanecerán abiertos toda la madrugada del sábado al domingo esperando a los cofrades, vecinos y foráneos en la vuelta de la Virgen a su casa.

No solo la cofradía engalana los rincones y calles por donde pasará el cortejo. Comerciantes y particulares suman su granito de arena al evento. Un impresionante cuadro con un relieve de la Virgen del Rocío preside desde unos días el escaparate de Pinturas Andalucía en calle Cristo. Muy fotografiado por los viandantes. Decenas de escaparates portan los numerosos carteles anunciadores de la coronación que se han editado. La imagen de las vestiduras blancas recibe a los clientes del tradicional barrio. Panaderías, carnicerías o fruterías lucen a gala marcos con las imágenes de los titulares de la cofradía victoriana.

Particulares también se afanaban en el embellecimiento de sus balcones. Tal es el caso del músico y cofrade Álvaro Castilla, que con un numeroso grupo de amigos adornaba su casa en la calle La Victoria entre risas y buen ambiente. O los cofrades venidos de otros puntos de Andalucía capitaneados por Alejandro Morante derrochaban arte en los reposteros de su balcón. También cofradías como el Amor colabora adornando el colegio Maristas, el Rico y su fachada o anónimos victorianos que colgaban los reposteros que lucen en Semana Santa sus terrazas.

Hay un regalo que no está instalado en las calles del barrio, pero que ha nacido del cariño de los hermanos del Calvario. Un arco conmemorativo que será disfrutado en la plaza del Siglo erigido por el arte victoriano de la confraternidad del Monte Calvario. Este regalo ha unido más si cabe a los cofrades del barrio que en distintas convivencias han colaborado en su montaje. La Humildad realizará una alfombra decorativa en la calle Larios para que sea pisada por el trono de la Virgen.

«Noto felicidad en el ambiente, es difícil de explicar, como si la gente se sintiera orgullosa de donde vive», cuenta Clemen Espejo, camarera de la Virgen. Fiel reflejo de esa identidad victoriana que fue pregonada con éxito por Paco Jiménez en el acto que tuvo la cofradía en el Cervantes. «Como dicen por ahí, le damos la mano de la Virgen a Málaga para que se casen, pero luego le hacemos el convite en el barrio» comenta con gracia Milagros, veterana vecina de sus calles. Pasear por las calmadas calles del barrio de la Victoria antes del ajetreo del fin de semana supone respirar ilusión y un orgullo de gente sencilla, muy malagueña que ha sabido mantener el sabor de un barrio que resiste a lo comercial del cercano centro histórico. Seguramente como dirían los cantaores de Altozano, Lagunillas y Cruz Verde, «Qué coronan a La Virgen del Rocío, La novia de Málaga, casi ná».