Ni siquiera nos ha dado tiempo a sacudirnos las migajas del muy colesterable y empalagoso polvorón de la barba -maldita moda hipster, con todo lo que se queda ahí, parece que lleva uno un trastero bajo la barbilla-. Todavía reverberan los gaznates en homenaje del penúltimo potaje carnavalero de gañote y concejal, perfumando de arte y ocre al prójimo, en ese invierno que no termina de arrancar -en pie ¡olé¡-, cuando casi sin darnos cuenta llega doña Cuaresma, con sus melosas torrijas, bacalaos en buñuelo y otras viandas de dudosa penitencia.

Esto de tener una Semana Santa tan temprana es un incordio. Se está poniendo imposible cumplir con los propósitos de año nuevo. ¿Me explican cuándo borlones se pone uno a régimen? Si es que estamos llegando a un punto que te queda apretao el pantalón del pijama. Ese cuyo elástico se rindió a la holgura, acorralado por el michelín justiciero, hace lo menos seis coronaciones canónicas. Por no hablar de aprender inglés, si es que encadenas el matasuegras, el pito de caña, la corneta y no te da tiempo para abrir la boca y decir dignamente «I like Cautivo en el Aurora´s Bridge ¡seems that va walking!».

Por eso cuando saltó la noticia de que el Papa estaba planteando una Semana Santa fija, vi la luz -La Paz y media Carretera Cádiz, es lo que tiene ir en el 3-. Por fin puede uno planificarse en condiciones, rajar reposadamente de la iluminación de calle Larios, de las disputas entre poetas de la libertad y capillitas de gomina fácil, que ahora parece que se llevan a matar y al final son los mismos. Y cómo no, de meter la lengua en salmuera, para darse una Cuaresma de despelleje en penumbra.

Como todo, esto tiene sus puntos negativos ¿y si la primavera no ha llegado? ¿veremos carteles con nazarenos luciendo muy devotos chaquetones? -no doy ideas- ¿qué pasa si a la luna de parasceve no le da la gana caer en Viernes Santo?¿a qué cantarán los pregoneros?¿a la noria? Imagino a ese Trafjtitovski «oh gran rueda que en la noche girando brillas, recuerdos de aquel año dando vueltas Zamarrilla». Total, que al final uno se conforma con que el Domingo de Ramos, caiga en domingo.