El cofrade barrio de Nueva Málaga vive la mañana del Viernes de Dolores con especial entusiasmo, con permiso del Martes Santo. En el Colegio Altabaca un año más los más pequeños han celebrado una procesión en la que ellos, de principio a fin, han sido los protagonistas. Los pequeños han representado un desfile procesional en el que no han faltado un obispo, la Guardia Civil o, incluso, legionarios o romanos. Los tronos, portados por los pequeños, llevaban flores naturales puestas por el claustro en colaboración con el Ayuntamiento de Málaga.

Las túnicas verdes y moradas representan la unión de este centro público de infantil con la cofradía de Nueva Esperanza que, como cada año, ha llevado una representación de la junta de Gobierno a la salida de la procesión del colegio.

Unos metros más allá, otra procesión ha dado el pistoletazo de salida de este Viernes de Dolores. La cofradía de Gamarra, que este año ha estrenado la imagen de la Dolorosa. La talla es obra del imaginero José María Ruiz Montes, que ha tallado a una Virgen de cuerpo entero para que se le rinda culto interno en el colegio de monjas.

Nuestra Purísima Madre del Buen Camino ha acompañado al Señor, antiguo titular de la cofradía del Dulce Nombre. La asociación cofrade, que sale por quinto año consecutivo, ha llevado más de mil participantes, desde alumnos de infantil, de tres años, hasta de ciclos formativos.

El cortejo procesional se ha puesto en marcha en torno a las 10 de la mañana al son de la banda de la Escuela de Cornetas y Tambores de la Esperanza. Tras el Señor iba la banda de la Victoria y tras la dolorosa la de la Expiración.

La asociación ha puesto en la calle a más de 500 nazarenos y 200 mantillas, y este año, además del estreno de la talla de la Virgen ha contado con veinte túnicas nuevas con estolas con el escudo de la Congregación Hijas de Jesús.