Desde hace dos décadas, dirige el catering Samantha de España y, en abril de 2013, se incorporó al jurado de MasterChef, uno de los programas más exitosos de la televisión. Samantha Vallejo-Nágera habla tan rápido que a los cinco minutos ya sabes que su vida va a mil por hora. Al frente de una familia numerosa, amante de la naturaleza, empresaria y rostro televisivo, a Samantha nada se le resiste.

Madre de familia numerosa, empresaria, escritora, estrella de la televisión... ¿De dónde saca tiempo para todo?

Hay que saber delegar, confiar en la gente y rodearse de las personas adecuadas. Yo tengo la suerte de contar con un equipo maravilloso, bien formado, que me ayuda a sacar el trabajo adelante y me facilita muchísimo el día a día.

Un simple pique le empujó a los fogones, pero no le ha ido nada mal...

Empecé a cocinar por una apuesta con mi amigo Moppi Horcher, propietario del mítico restaurante Horcher de Madrid, descubrí una pasión que tenía oculta, y aquí estoy. Hasta entonces me dedicaba al paisajismo, y ese pique cambió totalmente mi vida.

En MasterChef se le ha visto llorar, reír, emocionarse, pero también se ha cabreado, y mucho. De hecho, en la última edición de adultos se criticó la excesiva dureza del jurado con los concursantes. Todos recordamos el rapapolvo al autor del ya famoso León come gamba...

Somos serios y duros porque nuestra profesión también lo es. Los concursantes de MasteChef están ahí porque se supone que se quieren dedicar profesionalmente a la cocina, por eso tratamos de ser lo más realistas posible. Entre fogones, hay muchísima competencia, pero si uno es bueno y se esfuerza de verdad, siempre va a tener trabajo.

¿Cómo ve el boom televisivo de la gastronomía?

Me parece muy bien. Que la pasión por la cocina llegue a todos los públicos, incluidos los niños, es súper positivo, algo que hasta hace bien poco nunca se había visto en España.

Televisión Española ha aprovechado bien el tirón del programa MasterChef, con la emisión de tres ediciones de adultos y otras tantas de niños en poco más de dos años. ¿No teme que la audiencia acabe empachada?

Para nada. Si se cuida el formato, creo que hay MasterChef para rato.

¿A usted qué le ha dado el programa?

Popularidad. He pasado a ser una persona conocida, mucha gente me para por la calle. Un concurso tan bonito como este es una oportunidad en mi vida profesional, estoy muy contenta, aunque mi empresa siempre ha funcionado bien. Estoy más ocupada, eso sí, porque además de atender el catering tengo cuatro hijos pequeños y además me encanta hacer deporte...

Tanto, que se declara «adicta al running»...

Disfruto muchísimo corriendo, me da marcha y alegría, aunque es un hábito que tengo en estos momentos un poco abandonado. Ahora estoy a tope con la zumba, el boxeo y el gimnasio... Pero seguro que muy pronto volveré a enfundarme las zapatillas de running...

¿Para correr el próximo maratón de Nueva York?

Es mi carrera favorita con muchísima diferencia. Participé un par de veces, logré terminar y no descarto volver.