Que en redes sociales no es oro todo lo que reluce no es ninguna novedad. Y si no que se lo digan a Almudena Ripamonti. La actriz española, conocida por hacer algún cameo en series como 'Cuéntame' o 'La que se avecina', ha protagonizado en los últimos meses un teatro en Instagram haciéndose pasar por una 'influencer'.

Un personaje creado por una agencia de marketing para desmontar el fraude que esconden muchas cuentas, cargadas de seguidores falsos. Con 500 euros el perfil de la joven logró más de 150.000 seguidores en pocos días gracias a la compra de seguidores. La actriz pronto se sumió en un mundo de invitaciones a eventos y regalos.

El negocio de las influencers mueve 2 billones de dólares anuales. Con tan sólo 500 euros, la agencia H2H, especializada en el sector, puso en marcha el proyecto Sirena, protagonizado por Almudena Ripamonti. "Preparé mi papel como si fuese para una serie o una obra de teatro: vi las stories de las influencers para ver qué les gustaba o cómo hablaban", confiesa la actriz. En pocos días, el perfil de Almudena superó los 100.000 seguidores. Todos falsos.

Celo en la suela de los zapatos

En internet es posible comprar comentarios, me gusta o amigos para todas las redes sociales. El precio varía en función del paquete, el sexo (las mujeres son más caras) o la nacionalidad de los seguidores (los rusos o iraníes son más baratos que los españoles). En el universo 'influencer' de Almudena todo era falso. Su vestuario se compraba para las sesiones de fotos y se devolvía tras el shooting. El truco: esconder las etiquetas para las fotografías y poner celo en la suela de los zapatos para no rozarlos. Una estilista y un fotógrafo profesional, también contratados por la agencia, fueron los encargados de dar más credibilidad al asunto.

El teatro pronto recogió sus frutos. Ripamonti empezó a acudir a fiestas, colaborar con marcas y cenar gratis con sus amigos en diferentes locales. "Me llegaban productos a casa, iba a una tienda y me daban ropa. Es un mundo muy intenso y muy curioso", comenta la actriz. Quizá por eso llama tanto la atención de los jóvenes.

El 72% de la Generación Z (nacidos entre 1990 y 2000) afirma que los influenciadores (su traducción más fiel) afectan a sus decisiones de compra. Y las marcas lo saben. 2017 ha sido el año de los 'influencers'. Las firmas han apostado por ellos para sus campañas publicitarias. Rostros conocidos en redes sociales como Dulceida, Grace Villarreal o María Pombo dieron el salto a la televisión en anuncios de diferentes firmas. A muchas de ellas también las hemos visto desfilar este año en la Mercedes Benz Fashion Week de la mano del diseñador Ze García. Trabajar con ellas aporta importantes beneficios.

El marketing con 'influencers' es la forma de publicitar productos más efectiva, según Forbes. La clave de su éxito está en su capacidad de humanizar el mensaje de las marcas. Una pena que, detrás de algunos perfiles, haya más falsedad que humanidad