Fuentes policiales han indicado a Efe que la mujer, identificada como Naira Enriqueta R.G., ha llegado a Madrid en un vuelo procedente de Panamá.

Acusada de un delito contra la salud pública, tuvo que ser trasladada a un hospital de la capital española para que expulsara la droga, ingerida en forma de bolas que van recubiertas de látex.

Las personas que utilizan este método para ocultar la droga son conocidas en el argot policial como "boleras", y ponen en peligro su vida cada vez que optan por traficar con cocaína mediante este sistema, ya que la rotura de una sola bola en el interior del estómago puede conllevar la muerte.

Aproximadamente, un kilo de cocaína supone ingerir una media de entre 60 o 70 bolas, aunque este número puede variar en función del tamaño de las mismas.

Cuando el detenido es incapaz de expulsar la droga, los médicos se ven obligados a intervenirles quirúrgicamente para evitar precisamente que las bolas revienten en el interior de sus aparatos digestivos.

Se estima que cada kilo de esta sustancia estupefaciente se convierte en el mercado en unas 10.000 dosis, y que cada dosis de un gramo es vendida en la calle por unos 60 euros, aunque este precio varía según el porcentaje de pureza.