El médico Eufemiano Fuentes ha asegurado, durante su turno a la última palabra en el juicio de la Operación Puerto, que en sus 35 años de ejercicio profesional "jamás" ha perjudicado la salud de ninguna de las personas que ha tratado y que su fin como médico es "proteger la salud, no dañarla".

Fuentes, el único de los cinco acusados que ha ejercido su derecho a hablar antes de la conclusión del juicio, ha señalado: "Solo decir que no entiendo de Derecho ni soy abogado, pero en los 35 años que llevo de ejercicio profesional jamás he perjudicado la salud de ninguno de mis pacientes ni he tenido reclamación alguna por daños producidos por mis tratamientos".

"Respecto a este procedimiento, no tengo constancia que haya comparecido ningún paciente que haya podido acreditar daño alguno. El fin que persigo como médico es el de proteger la salud, no el de dañarla", ha concluido.

El abogado de Eufemiano pide la absolución porque su conducta era "legal”

El abogado de Eufemiano Fuentes, Tomás Valdivielso, ha solicitado la absolución de su representado en la última jornada del juicio oral de la Operación Puerto, ya que "no se ha presentado prueba alguna" pese a "los esfuerzos por criminalizar la conducta" del médico realizados por las acusaciones, teniendo en cuenta que sus prácticas eran "lícitas y legales al margen de consideraciones estéticas y éticas".

"Pese a los esfuerzos para criminalizar la conducta de Fuentes, no se ha presentado prueba alguna. Al margen de consideraciones estéticas y éticas, eran lícitas y legales. El Colegio de Médicos de Madrid incoó un expediente disciplinario que se archivó al señalar que la actuación de los doctores Fuentes y Merino estaba ajustadas al código deontológico. Si el órgano encargado de solventar estos casos concluye que la 'praxis' medica era correcta, supondría una quiebra del principio de seguridad jurídica que se dictamine que eran contrarias a derecho", reclamó Valdivielso en su informe final.

El letrado pidió una sentencia que "no sea ni histórica, ni ejemplarizante", como reclamaron las acusaciones, sino que "cumpla estrictamente la ley". "Señoría, le corresponde la obligación de, desde su independencia, someterse al imperio de la ley. No se ha cometido ningún delito porque en 2006 el dopaje no era delito y si se hubiera cometido habría un error invencible porque los hechos juzgados están dentro de la más absoluta indefinición. La conducta que estamos juzgando en esta sala es de todo menos evidente", reclamó.

El abogado aseguró que desea que "haya un deporte limpio, honrado, que los deportistas españoles dejen de ser objeto de sospecha allá donde vayan", pero que "esos nobles objetivos no son objeto de este procedimiento".

De este modo, consideró que "la tarea de inscribir la técnica de las autotransfusiones en el Código Penal supone una tarea estéril". "La sangre, el plasma humano y las células sanguíneas de origen humano no son medicamento. No cabe ninguna interpretación del concepto sangre, ya esta definido por la ley", agregó.