Cientos de antequeranos y vecinos de localidades de la comarca se concentraron ayer en las inmediaciones del Conjunto Arqueológico de los Dólmenes para vivir en primera persona el desenlace de la etapa número doce de La Vuelta. Se notaba que desde 2014 no había habido posibilidad de ver la prueba en la ciudad, ya que gran cantidad de personas se agolparon en la meta desde varias horas antes del fin de la jornada.

Ni el calor sofocante que en la tarde de ayer se registró en Antequera pudo frenar la ilusión de unos aficionados que esperaban ansiosos a sus ídolos de la bicicleta, quienes iban a cerrar el día en un lugar declarado hace poco más de un año como Patrimonio Mundial de la Unesco. El Sitio de los Dólmenes también lucía sus mejores galas para mostrarse al mundo a través de las cámaras de televisión.

Junto a las vallas, no podían faltar las distintas banderas y frases de ánimo a los ciclistas. Tanto pequeños como mayores ondeaban pancartas con las que pretendían dar el último aliento a los corredores. Aunque, en ocasiones, dichos elementos servían también como el utensilio perfecto para evitar, al menos por unos instantes, los incesantes rayos del sol.

Incluso, muchos extranjeros residentes en la zona decidieron desplazarse hasta el entorno del conjunto dolménico compuesto por los megalitos de Menga, Viera y El Romeral. Desde allí, alentaron a sus compatriotas a la vez que no paraban de mirar al cielo saludando al helicóptero de la televisión pública española, uno de los vehículos estrella de la jornada de ayer y que seguro captó también las mejores imágenes de la Peña de los Enamorados y el Paraje Natural de El Torcal.

Con la llegada de la caravana promocional, la inquietud de los presentes en la línea de meta empezaba a crecer. Los niños preguntaban a sus padres quién iba en cabeza, mientras estos últimos no se perdían ni un detalle del desarrollo de la etapa en las pantallas gigantes instaladas por la organización de La Vuelta.

Ganó el polaco Tomasz Marczynski, residente en la localidad de Granada y buen conocedor de la zona por la que discurrió ayer el pelotón, aunque el más aclamado volvió a ser Alberto Contador, que, pese a estar exhausto, regaló su mejor sonrisa y lanzó besos al aire ante un público entregado al madrileño y que no paró en ningún instante de generar ruido para intentar que el tramo final fuera un poco menos duro para los ciclistas.

El alcalde de Antequera, Manuel Barón, que cruzó la línea de meta en uno de los coches de la organización, no podía ocultar ayer su satisfacción por la acogida de un evento deportivo de tales características. «Para la ciudad de Antequera, este final de etapa de La Vuelta supone el mayor acontecimiento deportivo de la historia de la localidad, junto con el Campeonato Nacional Absoluto de Atletismo de hace un par de años», consideró el regidor.

Así, hizo hincapié en la cobertura nacional e internacional que los medios de comunicación hicieron del recorrido con final en los Dólmenes y destacó que «más de 350 millones de personas han podido disfrutar del ciclismo y de

una ciudad deportiva, patrimonial y turística».

De igual forma, Barón afirmó que el despliegue de La Vuelta «va a ser positivo para la ciudad», generando dicho acontecimiento un «retorno muy importante a medio plazo en lo que supone Antequera como ciudad turística, deportiva y patrimonial».

La Vuelta deja en Antequera la sensación de que a la ciudadanía de la localidad y de toda la comarca le apasiona este deporte. Tras el final de etapa, ya se espera con ilusión la posibilidad de que la organización de la prueba española decida en años venideros volver a elegir a la ciudad de los Dólmenes como escenario, al menos, de paso de los mejores ciclistas de todo el planeta.