Ser padres, si, pero más adelante. Postergar la paternidad se ha convertido en una decisión para muchas parejas que desean tener hijos pero eso sí, en el momento considerado más adecuado. Y preservar esa fertilidad también se ha convertido en una demanda trasladada por pacientes que acuden a los especialistas en reproducción asistida para ver opciones en este sentido.

La edad es, sin duda, un factor importante en la mujer- al igual que en el varón- a la hora de concebir un hijo. El potencial de reproducción va disminuyendo a medida que la mujer sobrepasa los 35 años y no se puede luchar contra esa tendencia natural en la que la fertilidad disminuye a medida que se va avanzando en edad. Por tanto, esperar mucho puede suponer aumentar las dificultades para concebir y en el caso de que así sea, asumir el factor riesgo en el embarazo.

Las mujeres que han optado por ser madres a una edad avanzada -desde el punto de vista de la fertilidad 38 años o más - cuentan con la posibilidad de poder conservar sus ovocitos en condiciones óptimas para ese momento quitar. Es el caso de lo que se conoce como crioconservación o crioperservación. Pero congelar ovocitos también requiere tener en cuenta el factor de edad ya que a medida que ésta aumenta la calidad de los ovocitos es peor y los resultados de los ciclos de reproducción asistida que utilizan estos ovocitos congelados son menos favorables. Por tanto, cuanto antes se tenga clara la decisión de ser madre en un futuro, mucho mejor ya que se recomienda congelar los ovocitos antes de los 38 años.

¿Y qué sucede con el varón y sus posibilidades de fertilidad? Pues que el reloj biológico también corre en su contra. Las investigaciones demuestran que la calidad del semen disminuye a partir de los 45 años, un descenso más suave y mantenido, pero no por ello menos relevante. El varón también cuenta con la opción de congelar su semen en bancos de esperma, desde donde se puede recuperar en el momento deseado.

La criopreservación tanto en el caso del hombre como en el de la mujer resulta hoy por hoy una de las mejores garantías para preservar la fertilidad y no sólo en los casos de una decisión voluntaria de postergar el momento de ser padres. También en el caso de tratamientos oncológicos, que afectan sin duda tanto a la calidad del semen o del ovocito, y ante los que se puede optar por la opción de congelar antes de iniciar el citado tratamiento.

*Álvarez es director médico de la Unidad de Reproducción de la Clínica Gutenberg