La depuradora de Nerja ha entrado en fase de pruebas, veinticinco años después de lo previsto. El alcalde de Nerja, José Alberto Armijo, hizo público este martes el anuncio de la dirección facultativa de la obra de la Estación depuradora de Residuos (EDAR) de Nerja, que ha confirmado la puesta en funcionamiento de las instalaciones en fase de pruebas.

«Hoy, 27 de octubre de 2020, es un día histórico, Nerja comienza a depurar sus aguas residuales», anunció el alcalde a través de la página web del Consistorio.

El periodo de prueba tiene prevista una duración de seis meses, por lo que en abril de 2021 el Ministerio de Transición Ecológica recepcionará las instalaciones y el Ayuntamiento espera que entonces le ceda su gestión, tal y como se comprometieron el secretario de Estado de Medio Ambiente y el director general del Agua en una reunión celebrada con el alcalde el pasado mes de junio, aunque el Ministerio no lo haya formalizado aún por escrito.

El alcalde, José Alberto Armijo, señala que, a pesar de esa incertidumbre, el Ayuntamiento sigue trabajando para asumir la gestión desde el primer momento, por lo que está adelantando los trámites para que sea efectiva el mismo día que se produzca la cesión.

En este sentido, recuerda que la empresa Ingeagua está elaborando un estudio de viabilidad económico-financiera, que servirá de base para la negociación abierta con la empresa de economía mixta Aguas de Narixa para que asuma el mantenimiento, gestión y explotación de la depuradora, una vez que el Consistorio nerjeño reciba las instalaciones de manos del ministerio.

Las obras de la depuradora de Nerja, la última gran obra para completar el saneamiento integral de la Costa del Sol, fueron adjudicadas en 2013, tras irse atrasando año tras año, por un importe de 23 millones de euros y estuvieron paralizadas unos tres años por la quiebra de una de las empresas que participaron en su construcción.

Hace ahora un año, en noviembre de 2019 el Ministerio de Transición Ecológica reanudó los trabajos de construcción que incluían un modificado en las obras y es que una vez construido el grueso de las instalaciones para la depuración de las aguas, no se habían ejecutado los colectores de vertido al mar.

Además, se modificó el diseño del colector que va a verter las aguas depuradas al mar para que no afecten ni al entorno ambiental y ni al disfrute de la playa de Burriana. Y es que todos los vertidos residuales se concentrarán junto a la playa de Burriana, a una cota mínima sobre el mar y desde ahí, a través de tuberías, se bombearán hacia arriba las aguas por depurar hasta la estación construida entre el pago de Tetuán y la urbanización San Juan de Capistrano, donde una vez depuradas, las verterán varios kilómetros mar adentro de la playa de Burriana, a través de un emisario submarino.