Comienzan la batalla de coplas en el templo de las tablas negras y terciopelo azul.

Un año mas las agrupaciones que han pasado el corte de preliminares vuelven al Teatro Cervantes llenos de esperanza y con la fe puesta en sus repertorios. Repertorios que ya a estas alturas deben de estar más que ensayados, matizados y listos para hacer disfrutar al respetable.

Las agrupaciones que tienen la sensación de creerse que ya están en la final, pueden guardarse alguna letra en la recámara, y esto está bien, siempre y cuando lo que cantes en este pase tenga la calidad suficiente como para hacer que entres en ella. No nos equivoquemos, el concurso está muy reñido y si no te cuelas, la letra que te estés guardando puede que la tengamos que escuchar en el CD cuando el concurso haya pasado. No es lo mismo cantarla en el teatro con un público entregado a ella, que escucharla en el coche por la mañana cuando vas o vuelves del trabajo.

Anoche se escucharon coplas muy interesantes, más piropos que críticas. Eso estaría muy bien si viviéramos en una España idílica, donde la corrupción y el desempleo brillaran por su ausencia.

De todo lo que se cantó, me quedo con tres pasodobles, los tres de comparsas. El primero me lo regaló La comparsa del Maestro, con un homenaje sincero a la figura de Miguel Ángel Crespo, todo lo que se le cante es poco, y esa letra es de diez. Bravo por ti, Jesús. La otra me dio en toda la cara, me emocionó, la comparsa Bésame nos deleitó con otro homenaje, esta vez al pregonero de este año que no es otro que Dede Cortés. Una delicia, Javi Moya.

Pero el que más me exaltó la sangre e hizo que me hirviera, fue el segundo pasodoble de Los Reyes. Soy muy torpe para tus letras, David, pero cuando escribes sin rodeos, escupiendo verdades y se canta magistralmente como lo hizo tu gente, es para abrazarte y no soltarte hasta que nos regales a los aficionados otra letra como esta y después seguir abrazándote. Gracias.