Un cortometraje documental relata la historia del puente que el káiser Guillermo II donó a Málaga en agradecimiento por la ayuda prestada por la ciudad a los marineros de la fragata alemana Gneisenau en su trágico hundimiento ocurrido en 1900 en la bahía malagueña. El director de El Puente de los Alemanes, Jaime Noguera, que presentó ayer la cinta, declaró que se trata de «una obra de ingeniería para contar esta historia en veinte minutos con múltiples piezas». El proyecto arrancó en 2008 con la intención de que el estreno coincidiera con el centenario del puente en 2009, aunque múltiples incidencias en el rodaje han retrasado su presentación hasta ahora.

El trabajo comenzó con la investigación en fondos documentales en Alemania, donde el equipo comprobó que la historia de la Gneisenau y del puente «no era muy conocida, pero todos se sorprendían al saber lo que había pasado».

El historiador naval alemán Thomas Scheerer relata en el documental cómo el capitán de la fragata, quizás por amor propio, desoyó las advertencias de las autoridades locales sobre la tormenta que se avecinaba, que llevó a la nave a colisionar con el muelle del puerto de Málaga, lo que ocasionó su hundimiento y la muerte de 41 de sus marineros. Para alertar de los hechos, las campanas de la catedral malagueña comenzaron a sonar, y numerosos ciudadanos se dirigieron a auxiliar a los náufragos, algunos de los cuales continuaron después su recuperación en hogares de familias de la ciudad.

También presta su testimonio Berta Küstner, que conserva aún en su casa el diploma con el que el káiser felicitó a su abuelo por la ayuda prestada a los marineros. Años después, en 1907, unas terribles inundaciones en Málaga arrastraron las pasarelas que cruzaban el río Guadalmedina, lo que llegó a oídos de Guillermo II, que organizó una cuestación popular para sufragar un puente, «que es una metáfora también de la unión entre los dos pueblos», apuntó Noguera.