John Lennon era un genio de los juegos de palabras. Una de sus ocurrencias más populares fue, precisamente, con la que bautizó a su grupo. La sugerencia de Stuart Sutcliffe de llamar a la banda The Beetles (Los escarabajos), fue rápidamente modificada por John, que cambiando una sola letra hizo que el ritmo (beat) cobrara protagonismo. Pero la autoría (al 50% entre Stu y John) del nombre de los Beatles es poco más que una anécdota si ponemos sobre la mesa la cantidad de canciones que firmó en sus 40 años de vida -tanto en solitario como junto a McCartney-, así como el número de escritos que dejó para la posteridad. Lennon era un escritor compulsivo que no dudaba en poner sobre papel todos y cada uno de sus pensamientos y ocurrencias. Esta pasión por las letras le hizo publicar dos libros, In His Own Write (1964) y A Spaniard in the Works (1965), ambos reflejo de su ingenio verbal y visual.

El periodista y escritor británico Hunter Davies, autor de la única biografía autorizado de los Beatles, compila en Las cartas de John Lennon más de 250 escritos, entre cartas, postales, cuestionarios y anotaciones, que atestiguan cómo se comunicaba el autor de Imagine con su familia, amigos, admiradores, periodistas, parejas y demás miembros del popular grupo. Entre estos escritos, la mayoría de ellos acompañados de dibujos, destacan las primeras cartas de enamorado que Lennon envió a Cynthia Powell, la que sería su primera esposa y madre de su hijo Julian; las palabras que remitía a sus más fervientes admiradoras, en las que nunca hacía alusión a su condición de hombre casado; parte de la correspondencia que mantuvo con su padre, Freddie Lennon, que hizo acto de presencia en la vida del músico en 1964, y las tremendas líneas que cruzó con McCartney tras el hundimiento del transatlántico beatle y el submarino Apple. «Espero que te des cuenta de toda la mierda que tú y el resto de mis amables y desinteresados amigos habéis lanzado contra Yoko y contra mí desde que estamos juntos», escribió a su compañero.

Las cartas, todas ellas reproducidas gracias al consentimiento de Yoko Ono, muestran tanto al genial y divertido Lennon como al más despiadado, que no consentía ningún ataque a su segunda mujer. «Yoko ha sido artista antes de que tú fueras una groupie», le responde a un fan en 1971. Además de las misivas, el libro contiene otro material, como listas de la compra o el listado de canciones escogidas para un concierto, que perfilan la personalidad de Lennon a la perfección. Como última curiosidad, el volumen recoge los últimos escritos que Lennon realizó el 8 de diciembre de 1980, poco antes de ser asesinado: dos autógrafos, uno en la solapa de su libro A Spaniard in the Works y otro dedicado a Ribeah, una técnico de sonido del estudio al que acudió ese día. «Para Ribeah, con cariño», dedicatoria que acompañó con una caricatura de él y Yoko, fue seguramente lo último que John Lennon escribió antes de volverse a topar con Mark Chapman -a quien firmó el álbum Double Fantasy al salir de su apartamento- cuando regresaba a casa.