No todos los días debuta discográficamente un artista flamenco; menos, uno de la altura y creatividad de Miguel Astorga. El malagueño de Carranque presenta hoy en la Sala María Cristina Unicaja su primer álbum, Eterno presente, una reivindicación del flamenco antiguo desde la independencia absoluta (el disco lo ha financiado el propio cantaor). El concierto tendrá lugar a las 21.00 horas y el precio las entradas es de 13 euros (20 incluyendo una copia del cedé). El acto tiene un carácter solidario: el dinero recaudado irá destinado a apoyar a la Universidad Etnomusical El Gourd-Dar Gnawa, en Tánger. Eterno Presente cuenta con la colaboración de varios artistas que han acompañado a Miguel en este viaje. Algunos de ellos, como Juan Requena, Chelo Soto, Delia Membrive o Javier y Lucio Requena, acompañarán al cantaor en esta noche, llena de emociones, que desea compartir con su ciudad natal.

¿De dónde le viene esa pasión por el mundo del flamenco?

Empecé a cantar con mi familia, en mi casa. Mi padre me ha enseñado muchísimo el cante, he tenido suerte de tener a mi padre para guiarme desde pequeño.

¿Cómo fueron sus inicios?

Mi madre dice que antes de hablar cantaba. Empecé a trabajar en fiestas privadas, sobre todo, y a raíz de ahí empecé a hacer cosas cara al público. He tenido la suerte de trabajar con mucha gente que ha tenido a bien contar con mi cante.

¿Ha encontrado muchas dificultades en el desarrollo de su carrera?

Éste es un trabajo muy complicado. Yo lo he desarrollado desde muy joven, mi vida ha sido siempre el cante. Ha habido momentos en los que he estado mejor y otros peor. Pero vamos luchando y saliendo adelante.

¿Cómo ha sido el camino hasta conseguir sacar su primer disco?

Ha sido duro. He conseguido grabar un disco de un nivel considerable gracias a mis compañeros, que lo han hecho de manera desinteresada. Ha sido complicado porque me he gastado mucho dinero, que no tenía. Mis padres me han ayudado económicamente y, al final, el resultado ha sido muy bueno.

¿Qué significa para usted este disco?

Este disco para mí significa que no hay nada imposible para quien trabaja duro y cree en lo que quiere conseguir. No solo ha sido un esfuerzo económico, sino horas y años de estudio y trabajo. Voy a por todas con él. Además, al ser un disco elaborado exclusivamente por malagueños, salvo dos excepciones, el hecho de presentarlo en mi ciudad es un sueño hecho realidad.

Con este disco busca reivindicar el flamenco antiguo, ¿qué entiende por flamenco antiguo?

Yo reivindico conceptos antiguos del siglo XX, en el que los cantaores eran grandes creadores, que han pasado desapercibidos. Y todo mezclado, a la vez, con temas actuales. Por eso el disco se titula Eterno Presente, porque relaciona el pensamiento antiguo con el moderno. Además, no está grabado como se graba ahora, por piezas, sino directamente el guitarrista y yo a la vez.

En este sentido, ¿qué opina de artistas como Rosalía, que llevan el flamenco a otros lugares musicales?

A mí Rosalía me encanta. Artistas como ella me encantan porque hacen cosas diferentes y eso siempre enriquece. El disco que ha sacado, en el que mezcla tantísimos contrastes, me gusta mucho [se refiere a El Mal Querer]. Pienso que el flamenco se enriquece muchísimo con estas innovaciones.

El flamenco es un género con una personalidad muy definida, ¿considera que es más difícil llegar al público?

Siempre es una apuesta arriesgada. Lo más fácil es hacer lo que hace todo el mundo, porque eso gusta seguro. Yo creo que cuando tienes algo diferente que aportar, tienes la obligación de arriesgarte. Puede gustar más o menos pero si es diferente, te enriquece. Esto es lo que yo defiendo con mi disco.

¿Qué iniciativas podrían llevarse a cabo para hacer llegar el flamenco antiguo a las nuevas generaciones?

Yo creo en las escuelas de flamenco y pienso que debería haber muchas más. Sobre todo escuelas que sean accesibles para todo el mundo y que motiven a los críos a beber de las fuentes antiguas. Aún así, hay un resurgir del flamenco últimamente con el que estoy muy contento.