Hasta hace unas semanas el arte «podía verse literalmente» en la Escuela Superior de Artes Escénicas de Málaga: «Lo más común un día como hoy sería encontrarte por todas partes zapatillas de ballet, maillots, zapatos y faldas de flamenco€ Y nuestro jardín sería el lugar de descanso y relajación de nuestros alumnos: tumbonas, gafas de sol, ojos cerrados, alguna que otra charla dispersa en voz baja, sosiego€ Un sosiego que nada tiene que ver con el silencio de ahora». Así lo describe Marisa Zafra, la directora del centro educativo, que está pasando el confinamiento entre sus paredes para garantizar que el arte, como dice, «no se paraliza», que continúa la docencia, aunque sea a nivel telemático. «Tuve que decidir: o marcharme a casa, o confinarme en la escuela para pilotar nuestras clases virtuales, y opté por lo segundo. Una de mis hijas me acompaña», recuerda.

«Mi lugar de trabajo es el comedor de la escuela. Sus grandes ventanales hacia el jardín me dan la luz y la paz que necesito. Me instalé el ordenador más grande que había para hacer más cómodas las videoconferencias con profesores, me puse un roll-up de ESAEM detrás para hablar con padres y alumnos... Y aquí paso las horas», nos cuenta Zafra. Su día a día está basado prácticamente en «supervisar la formación online que se está impartiendo en la escuela»: «Hemos tenido que adaptarnos a las nuevas tecnologías y a través de una plataforma educativa online comenzamos una nueva forma de impartir nuestras clases. Esto nos ha permitido continuar con total normalidad nuestra formación, sobre todo a los alumnos de Grado de Arte Dramático y Artes Escénicas, Bachillerato de Artes Escénicas, y a los más jóvenes de Grado Elemental y Profesional de Danza y Artes Escénicas, que están siguiendo sus clases a través de los vídeos tutoriales que envían nuestros profesores desde sus casas. Estoy hablando de una normalidad, claro está, dentro de lo posible y adaptándonos a estos tiempos los alumnos responden a las clases y tareas semanales con vídeos ejecutando coreografías, cantando o interpretando secuencias, para que cada profesor pueda llevar un seguimiento individualizado».

Porque los jóvenes artistas han respondido al reto de continuar con su tarea: por ejemplo, los pupilos se han fabricado barras de ballet improvisadas en casa y han buscado espacios para recibir las clases de canto y otras disciplinas. En un centro de alto rendimiento como éste, con Antonio Banderas como mentor, no se puede bajar la guardia.

«Si algo bueno ha tenido este confinamiento para mí, ha sido el haber podido pensar y reflexionar sobre nuevas herramientas para motivar a nuestros alumnos», apunta Marisa. Y pone como ejemplos las «interesantísimas» clases magistrales con importantes personalidades del mundo del espectáculo como la cantante Pastora Soler, los bailarines y coreógrafos Exon Arcos y Borja Rueda, o Javier Quintas, uno de los directores de la serie La Casa de papel (próximamente los actores y cantantes Ángel Saavedra y Talía de Val y el productor de musicales Luis Álvarez compartirán sus experiencias con los alumnos de ESAEM).

Mientras se dedica a tramitar matriculaciones para el próximo curso («Estamos recibiendo más solicitudes que nunca, no sé porqué»), Marisa intenta desconectar, antes del permiso para hacer ejercicio, recorriéndose de punta a punta la escuela, subiendo y bajando escaleras varias veces al día, disfrutando de tener tiempo para poder cocinar, ver alguna serie de televisión y manteniéndose en contacto con sus seres queridos a los que dice estar deseando poder abrazar. Y, claro, también de pensar en el futuro: «No voy a negar que me preocupa cómo se planteará el nuevo curso. Estamos ante algo nunca vivido, y por ello, somos prudentes y estamos a la espera de cómo se van sucediendo las cosas», reflexiona. De lo que está segura la directora del centro es de que «todo esto tarde o temprano va a pasar» y que, de nuevo podrá ver esta escuela «llena de chicos y chicas riendo, cantando, bailando, atándose los lazos de las zapatillas, peinándose y maquillándose para actuar€., Todos distintos, pero todos con el mismo objetivo de cumplir el bello sueño de ser artista».