Entrevista | María Vázquez Actriz

"Las mujeres con fuerza y carácter también pueden ser oprimidas"

La intérprete gallega es Ramona en Matria, de Álvaro Gago, y desde ayer una más que firma candidata a alzarse con la Biznaga a la Mejor Actriz Protagonista. Vázquez encarna con rotundidad y empatía a una mujer peleona pero, en el fondo, oprimida por una precaridad casi absoluta. La película, un retrato de una mujer de un pueblo gallego perdida en tensiones familiares, laborales y personales, arranca los primeros aplausos de la prensa y el público

La intérprete gallega, ayer en el photocall del Muelle Uno del Festival de Málaga.

La intérprete gallega, ayer en el photocall del Muelle Uno del Festival de Málaga. / GREGORIO MARRERO

Eduardo Parra

¿Cómo es Ramona?

En apariencia, una mujer con carácter y fuerza pero, en realidad, una mujer oprimida. Uno puedo pensar cómo una mujer como ella, con cierto toque de rebeldía ante las cosas, puede llegar a aguantar esa opresión pero es que no todas las personas oprimidas son sumisas. La precariedad en la que vive, las circunstancias sociales que la rodean... Todo eso pone a prueba su libertad, y sin ella no tiene nada. En imposible pensar que puedes llegar a cambiar tu vida si no llegas a fin de mes.

Ella no pide ayuda, lo que puede que dificulte la empatía del espectador.

Álvaro [Gago, el director y guionista] y yo teníamos un compromiso con el personaje, incluso sabiendo que a veces caería mal: Ramona casi siempre está enfadada y tiene muchas imperfecciones, pero lo cierto es que nadie estaría bien en una situación como la suya, con un trabajo cada vez más precario, una relación difícil con su hija, una pareja como la suya, por llamarla pareja... Porque está ese falso mito en la sociedad según el que una tiene que poder con todo y no es así. Tener varios trabajos, conciliar tu vida con la de tu propia familia, tener amigas... Para muchas mujeres es imposible. El aprendizaje de Ramona es saber parar y poder decir: «No puedo más, no puedo con todo».

¿Se le han acercado muchas mujeres a contarle sus propias historias, similares a las de su personaje en Matria?

Muchas y de muchos sectores... Incluso yo me puedo sentir identificado como obrera de la precariedad en el mundo de la actuación. Es importante visibilizar todo esto para que la gente pueda tener un escaparate donde poder reconocerse y encontrar la salida. Es complicado el mundo de estas mujeres, pero Álvaro Gago Díaz me puso ahí en bandeja un papel muy currado, tras conocer a todas esas mujeres de Arousa que representan a cualquier mujer del mundo laboral. Ellas me inspiraron y apoyaron y. yo quería darles el valor que tiene, estar a su altura y hacerles un bonito homenaje.

¿Es el papel más duro, más complicado de su carrera?

No sé si el más duro, pero desde luego el que me ha exigido mayor implicación. No había manera de hacer esta película poco a poco, sólo podría entregarme por completo, o todo o nada. He tenido la suerte de contar con un director en el que confiaba plenamente y con mi pareja, porque un trabajo como éste supone un grado de compromiso que cambia ciertas cosas de tu vida privada: yo llegaba muy cansada a casa y él me tenía la cena preparada y los niños listos.

Galicia es fundamental en Matria.

El entorno también crea personajes. La gente de la zona se volcó en el proyecto, entendía que era una historia muy nuestra, aunque luego sea universal, pero muy de Galicia, con mucho respeto y cuidado con el idioma [la película está rodada en gallego], con el entorno. Álvaro se empeñó en que el rodaje fuera una experiencia vital para todo el mundo que estaba en la zona, no solo los que participan en la película. De hecho, el 16 de marzo hacemos un preestreno de Matria en Vilanova de Arousa y está la gente como loca por ir, porque quien más, quien menos participó en algo de la película o estuvo allí viendo y la vivió como una experiencia vital, bonita.