Entrevista | Silvia Munt Directora y guionista

«Es triste ver a las mujeres enfrentadas cuando hemos luchado tanto»

La directora reivindica la lucha feminista de la España posfranquista en su más reciente filme

Sílvia Munt, en el «photocall» del Festival.

Sílvia Munt, en el «photocall» del Festival. / Gregorio Marrero

E. P.

Una película como Las buenas compañías, tan intensa, tan comprometida, tiene que venir de un sitio especial.

Me propuso la historia Jorge [Gil Munárriz, guionista de la película]. Él mismo realizó un corto sobre estas mujeres de Rentería que en la década de los 70-80 se dedicaron a luchar por los derechos de la mujer y ayudarlas a viajar a Francia para darles un aborto digno. Yo tenía 15 años en ese 1977 en que se sitúa la historia, así que también es un poco la historia de mi generación, que creció en esa España postfranquista y oscura pero también llena de gente que luchó por cambiar las cosas.

¿Para cree que sirve recuperar la lucha de estas mujeres ahora mismo?

Es imprescindible saber de dónde salimos, lo que se ha luchado para poder entender dónde estamos y lo que hemos conseguido, porque hemos logrado romper algunos techos de cristal. Además de lo que nos falta por conseguir, claro. Porque, por ejemplo, en el caso de la película, ahora mismo el aborto depende mucho de de qué comunidad autónoma se esté hablando. Por eso me entristece mucho ver a las mujeres enfrentadas en la actualidad: entiendo que cada mujer tiene derecho a su propia opinión, pero sin unión el colectivo feminista, que es un colectivo transversal donde debe tener cabida todas las mujeres, pierde fuerza.

Usted no actúa en Las buenas compañías pero, de alguna manera, está presente en las imágenes con esa cámara muy subjetiva que persigue siempre a Bea, su mirada ante el mundo que se abre ante ella.

Quería estar dentro de la película y quería que la película fuera la mirada de esta chica, que no está a gusto con la vida, con la relación con sus padres, que vive como vivían las mujeres entonces, que veníamos de una educación y de una religión que lo aplastaban todo y que nos llevaban a una posición en la que la mujer era, básicamente, una víctima.

Esa mirada es también la mirada de Alicia Falcó, un gran descubrimiento.

Es muy difícil encontrar esa inocencia, esa transparencia y esa fuerza en una cara a cara tan bella como la de Alicia y que sepa transmitir tan bien ese viaje hacia la adultez para Bea que es Las buenas compañías.

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