Teatro

La trastienda del Hollywood dorado, hoy en el Cervantes

Gonzalo de Castro lidera el reparto de Plátanos, cacahuetes y lo que el viento se llevó

De Castro, con Carmen Barrantes en la función.

De Castro, con Carmen Barrantes en la función. / La Opinión

Marta Cervera

La trastienda del Hollywood dorado y la historia real de cómo el productor David Selznick convirtió en un éxito la película Lo que el viento se llevó tras unos cambios radicales centran la comedia de Ron Hutchinson Moonlight and magnolias (2004). La adaptación al castellano, traducida por Daniel Anglès como Plátanos, cacahuetes y lo que el viento se llevó, llega hoy al Teatro Cervantes con un reparto liderado por Gonzalo de Castro (David Selznick). Cuenta con Pedro Mari Sánchez en el rol del brillante guionista Ben Hecht y con José Bustos en el del director Vic Fleming. Carmen Barrantes encarna a la secretaria que todo lo ve y no pierde detalle en los cinco intensos días de trabajo que hicieron posible, contra todo pronóstico, uno de los mayores éxitos de Hollywood: Lo que el viento se llevó.

El filme estrenado en 1939 protagonizado por Vivien Leigh y Clark Gable, entre otros, se ha convertido en un clásico pero su elaboración fue toda una aventura que estuvo a punto de arruinar al productor. Eso es precisamente lo que narra esta comedia que el Grup Focus lleva a escena en el Cervantes dirigida por José Troncoso, autor y director de éxitos como Con lo bien que estamos (Ferretería Esteban) y Manolita Chen, un cuento chino.

«El texto habla de temas universales y humanos: amor, celos, pasión, desesperación», señala Troncoso. Los conflictos entre los actores, los productores y los directores aparecen en esta comedia en la que el público accede a lo que normalmente nunca ve. «Hemos recreado un plató cinematográfico abandonado donde ellos van construyendo las diferentes escenas», explica Troncoso. La escenografía de Silvia de Marta es «aparentemente sencilla», destaca el director.

Cinco días intensos

El rodaje de Lo que el viento se llevó se vio interrumpido tres semanas después de iniciarse. Selznick despidió a George Cukor como director y contrató a un nuevo equipo para rehacer el guion de esta historia épica ambientada en el Sur de EEUU antes y después de la Guerra de Secesión en un tiempo récord. En la obra original todo ocurre en un despacho donde trabajan incansablemente durante noche y día el productor, con el nuevo guionista y el nuevo director de la película alimentándose sólo a base de cacahuetes y plátanos para no perder tiempo y rendir al máximo. «Había mucho dinero en juego, si la película no llega a funcionar hubiera supuesto el fin de Selznick International Pictures. Hemos intentado recrear todo eso generando un lenguaje particular», comenta el director.

La obra muestra a Selznick y Fleming interpretando el rol de Escarlata O’Hara y a otros personajes de la película para explicar las escenas al guionista que no se había podido leer nada por falta de tiempo. El productor, como el personaje de Escarlata O’Hara, luchará para salir adelante sea como sea, aunque todo vaya en su contra. «Selznick es un personaje oceánico, que te enfrenta a ti mismo y te pone a prueba», reconoce Gonzalo de Castro, actor con una dilatada trayectoria que compagina teatro, cine y la televisión donde encarnó al Doctor Mateo en 7 vidas, entre otros.

Judíos en EEUU

«La función cuenta muchas cosas pero fundamentalmente explica la historia de los judíos que llegaron a EEUU escapando de Europa. Al llegar no fueron bien aceptados por los gentiles y terminaron en el mundo del entretenimiento por descarte», comenta De Castro que se ha documentado mucho, especialmente con la lectura de Un imperio propio. Cómo los judíos inventaron Hollywood (Editorial Confluencias). «Fueron visionarios y crearon un mundo imaginario gracias al cine. El sueño americano es un sueño judío».

La visión de Selznick y su encierro aquellos cinco días se vieron premiados con ocho Óscars. «Cuando se rodó la película pocos confiaban en la posibilidad de que triunfar un filme que hablara de guerra y esclavitud con una mujer como protagonista», recuerda Troncoso. El director, por cierto, ha querido dar en su versión mayor relevancia al papel de la secretaria, la Srta. Poppenghul. «Aparece casi como un desdoblamiento del productor, vemos en ella alma de empresaria, es una mujer pionera, nada sumisa».