Verano tras verano, la película se repite. Varios equipos se hacen fuertes ante la puerta de Jesús Gámez, preguntan por su situación y el lateral del Málaga CF sale directamente al mercado. Este año la historia ha cambiado. Ese interés de siempre se convirtió en una oferta en firme. El Sevilla se sentó a negociar con el jugador y con el Málaga CF. El acuerdo saltó por los aires y Gámez, orgulloso, optó por quedarse en casa. "¿Dónde voy a estar mejor que en mi Málaga"?, se pregunta en voz alta una de las voces más autorizadas del vestuario.

"Ya estoy bastante escarmentado y lo tengo claro: mi futuro está en el Málaga. No quiero saber nada de nadie ni de más intereses de otros", responde el futbolista con un tono de voz repleto de seguridad.

Su excelente trayectoria es un cebo en el que muchos clubes pican. Lo hizo el Sevilla, lo intentó el Valencia y ahora es el Atlético de Madrid el último que se ha sumado a la carrera por el lateral fuengiroleño.

"Eso es bueno, porque dice que mi trabajo gusta a otros equipos y es para estar orgulloso. Pero si ese interés del Atlético se da yo no tengo nada de qué hablar. Que lo traten con mi agente y el presidente", explica.

Su cláusula de rescisión está tasada en seis millones de euros. Y de ahí no se va a mover Fernando Sanz. El mandatario aceptó el cambio de Gámez por los sevillistas Lolo y Duda, pero la operación no fructificó. Si llega algún otro club, el Málaga sólo aceptaría esos seis millones que estipulan su cláusula.

"No quiero darle más vueltas porque yo sólo pienso en seguir aquí, en el Málaga", analiza Gámez, que tiene perfectamente asumida su continuidad en el club de toda su vida: "A uno siempre le hace ilusión que se fijen en él, pero no hay dinero en el mercado y yo seguiré en mi Málaga", reitera.

Gámez va a dar un paso adelante más esta nueva campaña al convertirse en uno de los capitanes. El jugador lucirá el brazalete en más de una ocasión.

Le gusta el proyecto para la próxima campaña. No le asustan los cambios y la profunda remodelación de la plantilla, porque "el club se ha ganado un crédito con su trabajo estos años".

"Venimos de cambiar a 10 jugadores y a siete en las dos últimas temporadas. Y todo nos ha salido de maravilla. No hay que dudar porque el club está en buenas manos. Luego hay otra historia: la gente tiene que tener claro que somos el Málaga, tenemos el presupuesto que tenemos y hay que pensar en la salvación. Nadie se plantea jugar la Copa de la UEFA, sólo ir partido a partido y pensar en la permanencia".

Un nuevo Muñiz. Gámez no ha sido el único en percatarse del cambio que ha vivido Juan Ramón López Muñiz. El técnico es muy diferente del que se fue el pasado verano camino a Santander. Jesús Gámez aporta una de las claves. "Cuando él llegó se encontró un equipo muy diferente, más cerca de Segunda B que de Primera. Ahora se le ve más tranquilo, más confiado en el equipo que tiene y en el trabajo que vamos a desarrollar", expone.

El de Fuengirola vivió el pasado año una experiencia difícil de olvidar, al estar en la órbita de la selección española. Gámez dice que nunca se vio en el equipo nacional y que fue algo "más de la prensa". "Hay gente que lo está haciendo muy bien y yo, sinceramente, no me vi con opciones".

Gámez seguirá en su Málaga. "El Sevilla no me valoró lo suficiente y yo decidí quedarme. Hubo una oferta, todo se torció y yo sigo aquí. Soy y seré del Málaga", finaliza.