La selección española, vigente campeona del mundo, no luchará por las medallas en Turquía, tras perder con Serbia por 92-89, después de un partido en el que siempre fue a remolque y en el que no supo jugar los últimos segundos.

La pelea se desató desde el salto inicial. Los dos equipos plantearon de inmediato sus intenciones: Velickovic con un triple y Navarro contestándole con un lanzamiento idéntico. Pero mientras Serbia pareció más suelta y con más opciones en ataque, España tuvo que elaborar más su juego para conseguir puntos.

En defensa, lo esperado: dureza, presión, manos por todos los lados de los serbios y una buena individual por parte de los españoles. Con leves ventajas balcánicas, la selección española hizo la goma con relativa facilidad en el marcador, hasta que al final de los primeros diez minutos cedió cuatro puntos de desventaja, 27-23.

Con dos quintetos completamente diferentes, por parte de ambos equipos, en el inicio del segundo periodo, la situación se igualó con alguna imprecisión de los españoles, hasta que en el minuto 16, con 37-30, volvieron los titulares a pista.

Defensa sobre Navarro

Fallos en el tiro y el intenso marcaje a Navarro maniataron a la selección española, que comenzó a dar las primeras muestras de impotencia, mientras que los serbios siguieron a su ritmo, pese a las rotaciones, demostrando que da igual quien juegue, todos tiran, todos botan, todos cogen rebotes y todos defienden.

Los ocho puntos de diferencia del descanso, 49-41, dejaron abierta cualquier posibilidad, pero el equipo español debía hacer algo más si quería seguir en liza en el Mundial. Y lo hizo nada más comenzar la segunda parte con un parcial de 0-8 en un minuto y medio, para empatar el marcador, 49-49. Serbia movió ficha con una defensa en zona alternativa y Navarro amplió el parcial a 0-10 dando a la selección la primera ventaja del partido. 51-49.

Una falta intencionada pitada a Garbajosa, totalmente inexistente, no descentró a los jugadores y el marcador siguió cambiando de ganador a cada jugada. Penetración por penetración, tiro por tiro y defensa por defensa, Serbia y España parecieron, por momentos, dos púgiles clavados en el centro del ring mientras se golpeaban mutuamente.

Así que el 59-62 favorable a la selección española pareció casi un mundo a falta de tres minutos, pero Velickovic, inmenso, con cuatro puntos consecutivos devolvió a su equipo la ventaja, 63-62. Al final del tercer cuarto, 67-64 y las espadas en todo lo alto.

En los minutos de la verdad fue Serbia la que salió más enchufada, con un parcial de 5-0 en apenas un minuto, 72-64, ocho puntos peligrosos que se mantuvieron en el minuto 33, 77-69. El equipo español, ahora en zona, intentó disminuir la ventaja, pero el ataque no funcionó, salvo la opción Navarro.

A cuatro minutos para la conclusión la cosa comenzó a pintar fea (86-78). Serbia anotaba de tres con facilidad y Navarro no podía con todos. Aún así la selección española tuvo un nuevo gesto de campeona al igualar el marcador, 89-89, a falta de 25 segundos.

Última jugada

Sergio Scariolo apostó por una defensa sin Marc Gasol en pista, pero falló la concentración y Teodosic, con un triple frontal desde más de 8 metros, dio la puntilla a España a tres segundos para el final. La selección española desestimó la idea de hacer falta personal para quedarse con la última opción de ataque y lo pagó con su ausencia en la lucha por las medallas.

Justo al terminar el partido, un Jorge Garbajosa hundido por el traspié atendió los micrófonos de La Sexta. El ala-pívot madrileño y segundo capitán de la selección reconoció emocionado y entre lágrimas que era «muy doloroso perder así». «Es doloroso perder así. Ellos han tenido mucho acierto en el tiro de tres. Podíamos haber defendido un poco mejor», aseguró Garbajosa.

El madrileño, que no podía ocultar la tristeza por quedarse fuera de la lucha por las medallas, confesó que estaba viviendo «un momento muy jodido». «Para cualquier equipo lo sería, pero para nosotros especialmente», subrayaba el madridista, que ve como España no luchará por revalidar el oro.

España luchará ahora por los puestos quinto al octavo.