Entrevista

Kiko Vegas, especialista en emociones en el deporte: "Más del 60% del éxito de un deportista está en su cabeza"

"Hay quien piensa que el fútbol se juega con los pies y son los mismos que creen que el ajedrez se juega con las manos", asegura este exportero profesional

Kiko Vegas.

Kiko Vegas. / MANUEL LÓPEZ-SUEIRAS

Manuel López-Sueiras

El trabajo de entrenamiento de la mente se ha convertido en una parte fundamental en el deporte, y son ya muchos los deportistas conscientes de que necesitan un apoyo psicológico en la misma medida de la ayuda que recibe en los planos físicos o técnicos. Kiko Vegas, exportero profesional y formador de guardametas, es un especialista en este trabajo de apoyo basado en la psicología del Deporte o el coaching deportivo. Ha puesto en marcha el 'Método KVegas' de entrenamiento emocional del portero con el que lleva trabajando más de 15 años, y ha regresado a Zamora donde dirigió el campus del Milan junto al exportero David Pérez Moro: "Le estoy especialmente agradecido a la ciudad de Zamora por la acogida tan buena que tuvo con nosotros y lo bien que nos lo hicieron pasar durante todo el tiempo que estuvimos aquí. Los campus del Milán traían a chicos de toda Castilla y León pero incluso de países de Sudamérica, es decir, era un campus absolutamente multicultural y cosmopolita y eso hacía enriquecer ese evento".

Actualmente se ha centrado en el trabajo del entrenamiento emocional de deportistas en general; de futbolistas, en particular, y analíticamente también con muchos porteros a nivel nacional. Además ha empezado a aplicar sus sistemas al mundo del toreo porque un novillero recurrió a sus servicios a través del aficionado taurino Paco Pérez: "Son actividades diferentes el mundo del toro y el mundo del fútbol, pero a la vez tienen elementos que les hacen ser similares. Lo que fundamentalmente trabajamos en el deporte, en el toro y en la vida, es el equilibrio y la gestión de las emociones, es decir, si estás equilibrado y gestionas bien. Según interpretas las emociones que recibes, vas a poder dar tu mejor versión en el toro, en el fútbol y en la vida. A eso nos dedicamos y, de momento, estamos muy contentos porque los resultados se dan pronto. Mi hijo Koke Vegas, que también es portero profesional, es mi socio y nos sentimos muy satisfechos de ver cómo progresan los chicos en su carrera”.

El método de trabajo que aplica tiene la doble faceta del grupo y de la ayuda individual: "Yo he trabajado en el Burgos, a nivel de "coach" y de mentor del grupo. Hacemos trabajos con el grupo en general y a nivel analítico, y luego con los deportistas a nivel individual 'online' por videollamadas que además tienen una ventaja sobre la reunión a nivel personal y es que esas videollamadas se graban y al grabarlas quedan en el correo. Las tiene archivadas y guardadas el deportista y puede ir revisando las reuniones permanentemente. Si hacemos una reunión cara a cara, solamente va a recordar lo que retiene mentalmente o lo que anota, pero no va a recordar todo lo que se dice y el cómo se dice. De esa manera también podemos permitirnos la posibilidad de trabajar con chicos en cualquier punto del país. Se hace mediante herramientas que vamos aplicando siempre después de hacer un primer trabajo de autoanálisis de autoconocimiento. Me tengo que conocer bien para dar mi mejor versión, para dar mi mejor rendimiento, porque no hay dos personas iguales y nuestro método se adapta absolutamente al perfil de cada deportista o, en este caso, en el mundo del toro también.

Básicamente hay dos cuestiones que le plantean los deportistas: la ansiedad y el miedo. "Es muy habitual en el deporte y en la vida. La ansiedad es la preocupación por lo que no ha llegado aún y el miedo es porque, en muchos casos, no hay un nivel alto de autoconocimiento. Hay jugadores que confunden el miedo con el peligro. El peligro está ahí y es objetivo, pero el miedo es cómo yo interpreto ese peligro. Un ejemplo, hay dos personas que van a cruzar una calle y una de las dos puede tener más o menos miedo en cruzarla de una manera determinada y el peligro es el mismo, pero la interpretación es de forma distinta. Lo que intentamos es buscar un equilibrio y para eso hay una serie de herramientas. El trabajo de autoconocimiento te lleva a tener un buen nivel de autoconcepto, a decir qué pienso de mí mismo y a partir de ahí se va generando autoconfianza; se va generando un nivel más alto de autoestima y te llega la automotivación. Porque la motivación siempre tiene que ser interna. Alguien te puede decir permanentemente que eres muy bueno o que eres muy malo o que tienes que entrenar, pero si eso nace de ti, de dentro, no te lo tiene que decir nadie. Si no te nace de dentro, tienes que tirar, posiblemente de algo que no sea la motivación, de la disciplina y de otras cuestiones. Pero si el deportista se conoce bien, llega a un buen nivel de automotivación y tiene un equilibrio emocional con todos los factores importantes que rodean su vida, su rendimiento en el deporte o en el toro se va a disparar".

Este tipo de ayudas que plantea Vegas tienen peor solución en función de la edad del deportista: "Si ahora nosotros nos ponemos a intentar que un chico con 16 años mejore su revés o su derecha en el tenis, si lleva cinco, seis o siete años utilizando una empuñadura equivocada, es más difícil cambiársela que coger a un niño pequeño y decirle que la empuñadura continental es la que te ayuda a dar una mejor derecha. Partiendo de esa base, si cogemos a alguien que no está, no tiene mucho accidente del punto de vista emocional, va a ser más fácil enseñar que solucionar, pero todo tiene arreglo, aunque lo más importante para que tenga arreglo, es querer hacerlo”.

"Es fundamental que se quiera poner en práctica lo que decidamos. Yo puedo tener en mi cabeza la intención de hacerlo y lo quiero de corazón pero, hasta que yo no me pongo manos a la obra, no empiezo a ver los resultados. Cuando un deportista empieza a ver los resultados, se empieza a enganchar. Pero para ver resultados hace falta trabajar y entrenar", añade el exportero.

El nivel del deportista también es un factor a tener en cuenta porque "por mi mano han pasado 3.000 o 4.000 porteros en toda España y de ellos algunos debutado en Primera División. He tenido porteros que físicamente eran muy rápidos, pero decidían tarde y llegaban tarde a un balón a la espalda o a un balón en profundidad. Y tenía otros porteros, que físicamente no eran ningún portento, pero decidían rápido, llegaban en su momento. Hay una frase que yo siempre digo: en muchos momentos la gente se piensa que el fútbol se juega con los pies y son los mismos que piensan que al ajedrez se juega con las manos. Pero al final funciona la cabeza, si la cabeza decide rápido, tú llegas rápido porque la preparación física la vas a tener”.

"Tienes que decidir a tiempo -añade- y, para decidir a tiempo, tienes que tener por un lado un equilibrio de todas las competencias importantes de tu vida que te haga estar lo suficientemente concentrado y atento para que la decisión sea buena y que tu mochila emocional cuando sales a jugar, pese muy poco. Si sales al campo igual que cuando vas al trabajo con muchos problemas en la cabeza, tú mismo sabes que tu rendimiento no es bueno, pues eso ocurre en cualquier otro orden de la vida". Y el rendimiento del grupo está íntimamente ligado a que si cada jugador empieza a tener un alto nivel de equilibrio y da su mejor versión, tendrás un equipo que empieza a darte cosas y a partir de ahí, hay que pensar qué hay que mejorar en cualquier colectivo y es la comunicación. La comunicación en una empresa es fundamental, pero la comunicación en el campo también es fundamental y yo la trabajo por líneas . Un equipo que normalmente juega equilibrado y no se rompe, es un equipo al que es difícil ganarle. Si hay un buen nivel de comunicación y todo el mundo está bien entrenado del punto de vista personal, el equipo va a estar siempre muy plantado en el campo, van a estar más juntos los jugadores y ese buen nivel de comunicación hace que haya muy poca fisura con esos dos trabajos el analítico y el global".

Luego está el trabajo de integración: "Mi hijo lo está viviendo ahora en Estados Unidos, tiene compañeros de cualquier país de África, de Nueva Zelanda, del Reino Unido, y el es de España; es portero y tiene que hablar en inglés a sus compañeros y ha aprendido inglés sobre la marcha. Él sabe que es fundamental que la comunicación sea buena para que se empiecen a delimitar los errores y en el tema de la integración, la cohesión y el trabajo en equipo es muy importante que todo el mundo sepa cómo piensan los demás. Si yo sé cómo es tu parcela, cómo sufres tú y cómo vives tú el trabajo en el campo, llegará un momento en el que, si yo tengo esa empatía contigo y tú necesitas ayuda en el campo, yo correré más y trabajaré más por ti. Y se empieza a hacer un lazo muy fuerte, que al final lo convierte en un equipo muy potente. Hay entrenadores que se les ha valorado mucho aquí en España por ser grandes comunicadores y por ser grandes gestores de equipos más que grandes técnicos o tácticos. Pues esto es muy parecido, si tú sabes comunicarte bien con tu equipo, si alguien con una mirada es capaz de saber que estás pensando para un pase rápido o para una cobertura, el equipo contrario no sabe qué estás pensando pero tus compañeros sí".

Kiko Vegas puntualiza además que "el entrenamiento es emocional no es diferente al entrenamiento físico. Alguien debe acudir al entrenamiento emocional como alguien debe acudir al gimnasio; no porque esté lesionado o porque tenga una avería en el ático, sino porque quiera mejorar sus competencias. Si al gimnasio solamente fueran las personas que están lesionadas, solo irían cuatro y sería una sesión casi de rehabilitación. La gente está bien físicamente pero quiere mantener la condición física. Pues de igual forma, vamos a mantener la condición emocional. Y eso ya está cambiando, estamos viendo que el deportista de élite Rafa Nadal habla mucho de su apoyo psicológico; ahora Carlitos Alcaraz dice que lleva tres años con una psicóloga que para él ha sido clave. Hasta hace muy poco, cuando decías que tenías trabajo con el psicólogo, pensaba la gente que ahí parece que nadie conduce la nave, parece que va un poco a su aire. Pero ahora, ¿quién no tiene alguien que le ayuda en este ámbito? porque más del 60% del éxito de un deportista está en su cabeza. Y si eso es así, hay que prestarle ese 60% de atención".