La Junta de Accionistas de Bankia ha estado poblada de incidentes, en especial cuando uno de ellos se ha quitado la ropa, hasta quedarse en calzoncillos, para ilustrar la situación de crisis en la que había quedado tras el fracaso de las participaciones preferentes.

La desesperación a la hora de relatar sus dramas personales ha sido la tónica general y, salvo excepciones, la mayoría de los intervinientes ha guardado compostura y se ha expresado con educación.

Otros, sin embargo, han proferido insultos hacia la mesa presidencial y una persona se ha quedado en ropa interior al grito de "¡Miren cómo me han dejado!".

También han intervenido varios portavoces de asociaciones de afectados, quienes han insistido en denunciar que el arbitraje propuesto por Bankia "no soporta el más ligero análisis porque el auditor lo han propuesto y lo pagan ustedes".

Asimismo, han denunciado que el auditorio principal había sido ocupado por trabajadores de Bankia antes de que se diese acceso a los accionistas.

También han intervenido algunos empleados y exempleados de la entidad; uno de ellos ha pedido "perdón a cientos de clientes" a quienes vendió participaciones preferentes y acciones subordinadas, motivo por el cual se considera "colaborador necesario en la mayor estafa que ha habido en España en los últimos años".