Emprendimiento

Captar inversión y crecer como 'startup' cuando el capital riesgo lleva la batuta

En medio de todo esto, España sube como la espuma, pero aún no compite de tú a tú con otros ecosistemas europeos

Javier Cebrián Moreno (Bonsai Partners), Josep Santacana (Korelya Capital) y Rob Cassedy (Wallapop), en el BBVA Open Summit.

Javier Cebrián Moreno (Bonsai Partners), Josep Santacana (Korelya Capital) y Rob Cassedy (Wallapop), en el BBVA Open Summit. / JORDI COTRINA

Paula Clemente

No es raro oír, en periodos de convulsión económica, que cuando Estados Unidos estornuda, Europa se resfría. De ahí que la pérdida de fuelle de las empresas tecnológicas al otro lado del Atlántico haya reducido en un 65% las rondas grandes en España y en un 40% las medianas. De ahí también que ahora el mandato para los emprendedores sea construir compañías rentables, y no quemar el dinero creciendo a altísima velocidad. O que, actualmente, la batuta la lleve el inversor. “Las dinámicas han cambiado, ahora tenemos más tiempo para analizar las oportunidades”, introduce la socia de Kibo VenturesSonia Fernández. Ahora bien, “que el poder haya pasado al dinero y no al emprendedor no es bueno para él: los fondos piden métricas más elevadas y eso perjudica al emprendedor y beneficia al fondo, que va con más seguridad”, contrapone la inversora y consejera independiente de Hans(wo)menGroupHelena Torras.

Ellas son dos de los 25 ponentes que han pasado este jueves por el escenario de la Casa Llotja de Mar de Barcelona, donde el BBVA ha traído, por primera vez, su Open Summit. La intención, por lo menos la de este bloque de conferencias, es reflexionar sobre las mejores estrategias de crecimiento de las ‘startups’, sobre las herramientas de financiación a su alcance, y sobre un entorno que lo pone de todo menos fácil.

La tecla, para el consejero delegado de Wallapop, Rob Cassedy, es elegir a los inversores adecuados en el momento adecuado. “No ha sido tanto el dinero como aliarnos con el socio que nos diera el conocimiento que la compañía necesitaba en aquel momento”, reflexiona el directivo. A su lado asienten dos socios responsables de Bonsai Partners y Korelya CapitalJavier Cebrián y Josep Santacana, ambos inversores de la plataforma de venta de productos de segunda mano. El uno aconseja tomarse el tiempo para construir algo realmente significativo; el otro, resolver un problema real, pensar en ser útil a los clientes y crear una cultura que atraiga a un equipo excelente y a los inversores adecuados.

Pero, ¿Cómo hacerlo en un entorno en el que, como señala la socia de 4founders CapitalPaula Blazquez, hay hasta un 65% menos de operaciones? La primera buena noticia es que esta tendencia a la baja ha frenado. “Los datos que tenemos del primer trimestre son bastante optimistas: la caída ha parado, la tendencia es alcista, la inversión mediana va creciendo y los múltiplos se estabilizan”, analiza esta inversora, que prevé que esta gráfica siga subiendo hasta final de año. “No se llegará a los múltiplos del 2021, pero en general se está recuperando el mercado”, asegura. Su pista, en este sentido, es que ahora los fondos buscan empresas más saneadas que antes y que tengan un camino claro hacia la ganancia de beneficios.

También Fernández, de Kibo Ventures, pone el foco sobre los elementos que invitan al optimismo. “Los fondos seguimos invirtiendo: hay mucho capital disponible y Europa vive un momento muy interesante”, asegura esta inversora que celebra que el año pasado ya se crearon más ‘startups’ en el Viejo Continente, que en Estados Unidos.

Retos del ecosistema español

En medio de todo esto, España sube como la espuma, pero aún no compite de tú a tú con otros ecosistemas europeos. “En las fases iniciales tenemos muchísimos emprendedores e inversores; en las segundas fases tenemos bastantes emprendedores y cada vez más fondos, pero a medida que vamos subiendo en esta pirámide vemos que el triángulo de las empresas grandes y líderes a nivel mundial es muy pequeño y que fondos que puedan financiar estas empresas casi no se ven”, perfila Torras. Esta inversora opina que falta ambición internacional, por un lado (ella dice que si ve una propuesta de inversión íntegramente en castellano y que solo habla de España, ni la contempla), y dejar de lado nuestro complejo de inferioridad como mercado.

“[Fuera] falta entender que España puede ser un caldo de cultivo muy grande y que los unicornios no son excepciones”, completa Fernández. “Tenemos que apostar por la rentabilidad del mercado español”, receta esta inversora que coincide plenamente con su compañera de mesa en que buena parte de ello está en la mano de los inversores: si en otros mercados es relativamente fácil levantar rondas mucho más grandes, los competidores de las ‘startups’ españolas tienen mucha más gasolina para operar, mientras ellas pierden tiempo yendo de ronda pequeña en ronda pequeña.

Eso sí, de lo que parece no haber duda es de que esto se va a lograr: “En 5 o 10 años vamos a tener megafondos de gestoras con base en España, un ecosistema mucho más potente de empresas mucho más grande y no vamos a tener que justificar tanto por qué España -concluye Fernández-. Va a ser evidente que este es un territorio muy bueno para invertir”.