A ambos lados de la barra de un bar pueden suceder muchas cosas. Es el lugar idóneo para echar unas risas, tener una comida ligera, hacer una eterna sobremesa o contar historias. Las confesiones en la barra de un bar son las mejores. Estar a gusto comiendo y bebiendo hace que bajes la guardia y, entonces, es posible sonsacarte toda la información. Igual es ése el modus operandi de KGB. Un gastrobar de tapas gastronómicas del centro de Málaga que se hace llamar Kuartel Gastronómico Bar. Una agencia de espionaje gastro. Será por ello, por lo que el elemento principal del local es una enorme barra central donde los comensales departen con sus posibles espías. Ahí se cuece todo.

Este concepto de KGB fue creado por el actual propietario, José Alberto Callejo, quien lo hace posible de la mano de su chef ejecutiva y mujer, Irene Garrido Lomeña. Ella comenzó en ese mismo local hace algunos años cuando era La Moraga con Dani García, haciendo la ensaladilla rusa. Fue casi por casualidad. Como también lo fue cuando se tuvo que hacer cargo de la cocina de un día para otro y sin experiencia. Sin embargo, Irene cogió las riendas y se puso al frente de los fogones. Tiene mano para la cocina. José Alberto, por su parte, es la tercera generación de taberneros, como dicen en México. De hecho, ha rescatado algunas recetas de su abuelo como el campero de chorizo con cebolla caramelizada o la presa ibérica inspirada en la enchilada que su padre le hacía al pavo.

Desde este local es posible recorrer medio mundo a golpe de tenedor y cuchillo. José Alberto e Irene equilibran bien sus paladares americanos y europeos. Vietnam, Italia, Marruecos, México, Francia o España son algunos de las propuestas. En total hay más de 30 referencias. Las tapas son de buen tamaño, presentan un emplatado sencillo, de corte muy contemporáneo y actual. Y su base es una materia prima de gran calidad. No es de extrañar que, cuando ellos finalmente se hicieron con las riendas del negocio, los inspectores de la Guía Michelin lo incluyeran como restaurante recomendado. Irene y José Carlos lo lograron en apenas un año.

Entre sus propuestas más destacadas se encuentran el mollete de lechón al curry. Crujiente y sabroso. La caballa a la llama. Su versión del tradicional espeto de sardina. Plato muy logrado que consigue traer a la memoria el ahumado de la barca. La cochinita pibil, es rica e intensa. México está muy presente en la carta de este restaurante. La presa ibérica de Joselito a la plancha con salsa de chile guajillo y puré de patata es otra tapa sencilla pero bien resuelta, jugando, además, con la calidad de la carne con la que trabajan. La ensalada negra, sorprende. Ya no tanto por su color, poco habitual en cocina, sino por lo refrescante que es en boca. El alga wakame, la rúcula y la albahaca resuelven el plato. Buena opción para compartir.

Aún así, para los noveles en este local, al final de la carta hay un ranking con las tapas Top 10 más populares de los últimos seis meses, que sirve de guía para no perderse ningún imprescindible de sus propuestas.