Francisca Vázquez, Paqui, que con 80 años quiere ser alcaldesa de Alpandeire, no cree conveniente hacer mucha campaña porque en el pueblo la conocen pero ha repartido propaganda en la que promete reabrir el hogar del jubilado y crear rutas para que los mayores puedan caminar.

Recién operada de cataratas, Paqui se presenta por el PP y dice que lleva «la política en la sangre y en las venas desde que era niña», algo que le viene de familia, ya que su padre fue concejal de Cultura en el Ayuntamiento de Málaga y su hermano Diego, alcalde de Archidona.

Paqui acaba de renovarse el carné de conducir y está iniciándose en la informática aunque todavía prefiere no navegar por internet ni aprender a usar teléfonos inteligentes porque quiere ir «paso a paso»; es una enamorada del flamenco, y llegó a estudiar tres años de flamencología en la Universidad tras jubilarse.

«La política es trabajar, hacer y crecer, ahora lo veo en los eslóganes del Partido Popular y hay que ver, esa es una de las frases que mi padre siempre nos decía. Me presento porque en la última etapa de mi vida me sentiría muy contenta de ayudar un poquito, arrimar el hombro y hacer algo bien para Alpandeire».

Paqui no confía mucho en salir elegida como alcaldesa porque dice que ya es una señora mayor, aunque su amiga del pueblo, Josefa, tras ver los carteles pegados en las ventanas de su casa -único lugar donde ha colocado elementos de campaña- ya la saluda refiriéndose a ella como «alcaldesa». Maestra de estudios y por vocación, heredada ésta de familia, su padre Diego Vázquez Otero ejerció también como docente. Sin embargo, Paqui fue empresaria por obligación, debido a que tuvo que dejar la escuela para hacerse cargo del negocio de su marido, al morir éste cuando ella tenía 33 años.

Entre otras propuestas, Paqui tiene pensado frenar el éxodo rural en Alpandeire, crear empleo para los jóvenes e impulsar el turismo, a través de la figura de Fray Leopoldo, nacido en Alpandeire.