«Málaga le debía este reconocimiento a Emi Bonilla. Y yo siempre he pensado que los homenajes hay que darlos en vida». El realizador malagueño Jorge Agó presentó ayer en el Festival de Málaga el documental La estrella de Emi Bonilla, un filme que recorre la vida personal y artística del cantante de Mi España cascabelera, una leyenda viva de la copla y el flamenco cuya popularidad fue motivo de un comentario por parte de los mismísimos Beatles durante su visita a España.

En los años sesenta del pasado siglo, Emiliano Bonilla Pozo, natural de Córdoba, aunque afincado en Málaga, comenzó a labrarse una fulgurante carrera por todos los escenarios habidos y por haber: teatros, tablaos, salas de fiesta, circos... Su elegancia sobre las tablas, siempre encumbrada por su característico sombrero cordobés, dispuesto de medio lado sobre la cabeza, lo convirtió en un artista indispensable de los programas de radio y televisión. Fue contratado por Manolita Chen y sus espectáculos llegaron a París, Montecarlo, Niza, Marsella, Ginebra y Bruselas. Compartió cartel con los más grandes del género: Niña de la Puebla, Manolo Escobar, Juanito Valderrama, Camarón, Machín y Manolo Caracol, por citar a algunos.

«Para mí, la canción española es saber cantar con voz, con estilo y sobre todo con fuego», aseguraba Bonilla a Lauren Postigo en el programa Cantares de TVE, en uno de los pasajes de este documental en el que el propio cantante recuerda, mientras conduce su mítico Mercedes, cada uno de los hitos de su trayectoria.

A la vez que Bonilla comenta en primera persona sus días de gloria, tanto en solitario como junto a su pareja artística Ana María Moya, la cinta intercala el testimonio de numerosos compañeros y amigos: los periodistas Diego Gómez, en cuyo programa Cancionero se dio a conocer Emi en Málaga, Carmen Abenza y Manolo Bellido; el cantaor Fosforito; el guitarrista Curro de María; la bailaora Luci Montes; las cantantes Adelfa Soto y Encarni Navarro; el fotógrafo Eugenio Griñán, el experto en flamenco Paco Roji, y el humorista El Morta, entre otros. Todo relatan sus experiencias y destacan la enorme repercusión del cantante en aquellos años, así como su intachable categoría como persona.

Beatles flamencos

Emi Bonilla fue pionero en ponerle ritmo flamenco a las canciones de los Beatles, lo que lo convirtió también en un fenómeno en Gran Bretaña, donde vendió miles de discos. El Ep titulado Beatlemanía flamenca, que contenía las versiones Ella te quiere (She loves you), Te conseguiré (I'll get you), No me dejes (Bad to me) y Lo tendrás, amor (From me to you), fue todo un éxito, lo que provocó un segundo lanzamiento con las adaptaciones de Michelle, Socorro (Help), Ayer (Yesterday) y Hemos de salvar (We can work it out). En su visita a España en 1965, los Beatles se colocaron unos sombreros cordobeses para las sesiones de fotos. Según cuenta Bonilla, al ponerse el sombrero, Lennon se arrancó a taconear gritando: «¡Mira, como Emi Bonilla». Un episodio que recuerda con especial «orgullo».

La película de Jorge Agó también se detienen en la importancia del tablao flamenco que Bonilla abrió en 1969 en el Camino Nuevo. «Compré esa casita y dije, voy a montar un tablao aquí. Que la gente de Málaga tiene derecho a divertirse», recuerda el cantante. Durante los cinco o seis años que estuvo abierto pasaron por el tablao de Bonilla numerosísimas personalidades, desde Marisol a Paco Gento, Estrellita Castro, Tony Leblanc, Carmen Sevilla, José Nieto o Antonio Bienvenida. La casa de Bonilla, un ferviente coleccionista de películas en 35mm, se convirtió más tarde en un cine, hasta que unas lluvias torrenciales acabaron por dañar el inmueble de forma irremediable. El documental de Agó no carga las tintas en el episodio del desalojo y la demolición de la casa del artista. Una decisión acertada. Porque la grandeza de Emi Bonilla es mucho mayor que cualquier tablao.