El "¿Por qué no te callas?" del Rey a Chávez en 2007, ¿fue sin pretenderlo el mayor espaldarazo que se podía dar al comandante?

No creo. Aquello se subsanó. El presidente Chávez es jefe de Estado de un país soberano y actúa como tal. Recientemente lo que he escuchado del Rey son palabras de aprecio y cariño al presidente.

El Rey tendrá ahora más apoyos en Venezuela que en España.

Ese es un problema de los españoles. Igual que exijo que no se metan en asuntos internos de Venezuela, me aplico ese mismo principio.

Como toda personalidad arrolladora, la pregunta es si se perpetuará su obra. ¿Sobrevivirá el chavismo cuando no esté Chávez?

Chávez no era un accidente. Hay una transformación muy profunda. Hay 20 gobernadores chavistas de 23 y liderazgos jóvenes, además de Nicolás [Maduro]. El pueblo recobró la esperanza y se siente protagonista del proceso. Además tenemos una Constitución, que diseña un Estado de Derecho y de justicia social.

En España últimamente la palabra "corrupción" ha desterrado a "crisis". ¿Cuál de los dos males le parece más preocupante?

No soy quién para opinar de España. Pero sí digo, en términos generales, que hacen falta liderazgos con alto contenido ético. Nosotros veníamos de grandes prácticas de corrupción pero en el rescate de la política y la ética los dirigentes tienen un papel fundamental.

Episodios como la negativa en 2010 a conceder la extradición del etarra Arturo Cubillas parece que se han superado. ¿Ha sido Venezuela un paraíso para etarras?

Recibimos un conjunto de refugiados porque ese fue el estatus que se les dio a petición del Gobierno socialista, tan legítimo como el actual. Atendimos el llamamiento y es un tema que hay que manejarlo con muchísima responsabilidad.